Resiliencia Comunitaria: una aproximación cualitativa a las concepciones de expertos comunitarios

Community Resilience: a qualitative approach to the conceptions of community experts

Fecha recepción: abril 2021 / fecha aceptación: mayo 2021

 

Carolina Alzugaray Ponce1, Andrea Fuentes Aguilar2 y Nekabe Basabe3

DOI: https://doi.org/10.51188/rrts.num25.496

Licencia CC BY 4.0.

Resumen

El artículo reflexiona sobre el concepto de resiliencia y resiliencia comunitaria, desde experiencias laborales en infancia gravemente vulnerada, conflictos armados y violencia política en Chile, Colombia, Palestina y España. El estudio se abordó desde una metodología cualitativa, recopilando el relato de siete profesionales Psicólogos y Trabajadores Sociales. Los principales resultados, evidencian una tendencia hacía el reconocimiento de la resiliencia desde el rasgo individual, no existiendo acuerdos en definirla como estado, proceso o una mixtura. Además, se reconoce la resiliencia comunitaria en tres componentes específicos.

Palabras clave: Resiliencia individual; resiliencia comunitaria; regulación emocional; capital social; eficacia colectiva

 

 

Abstract

The article reflects on the concept of community resilience and resilience, from work experiences in seriously violated childhood, armed conflicts and political violence in Chile, Colombia, Palestine and Spain. The study was approached from a qualitative methodology, compiling the report of seven professional Psychologists and Social Workers. The main results show a trend towards the recognition of resilience from the individual trait, there being no agreements to define it as a state, process or a mixture. In addition, community resilience is recognized in three specific components.

Keywords: Individual resilience; community resilience; emotional regulation; social capital; collective efficacy

 

Introducción

El impacto de catástrofes a nivel global y emergencias de gran complejidad han llamado la atención de diferentes disciplinas. Aspectos económicos, políticos, sociales y culturales de eventos de gran magnitud generan consecuencias generalizadas y a largo plazo (Calhoun & Tedeschi, 1998; Patel et al., 2017; Sharifi, 2016). Una cuestión de sumo interés para la psicología comunitaria y social, es analizar no sólo su impacto negativo en las comunidades, los grupos y los individuos, sino también las formas cómo las comunidades y los grupos hacen frente a las adversidades colectivas y en ese proceso salen reforzadas, estableciendo fuertes lazos comunales que permiten articular su tejido social. Diversos estudios han destacado la importancia de la resiliencia comunitaria en la confrontación de catástrofes y desastres colectivos, las que además van generando impacto en el bienestar subjetivo de los individuos que se han visto afectados (Bonanno et al., 2010; Hanbury e Indart, 2013; Ntontis et al., 2018). Sin embargo, parte importante de la discusión en torno a este constructo, está puesto en la operacionalización que desde la intervención se desarrolla, es por esto que el interés de este estudio ha sido conocer las percepciones y creencias sobre la resiliencia comunitaria, explorando si se logran distinguir como categoría diferenciada de la resiliencia individual, así como también observar la forma en que se trabaja el concepto desde experiencias interventoras con sujetos afectados por situaciones traumáticas y adversidades sociales a través de las opiniones de profesionales trabajando en el campo.

 

Resiliencia

El estudio de la resiliencia en psicología deriva del interés por conocer el origen y desarrollo de la psicopatología, especialmente de los niños en riesgo producto de múltiples condiciones, tales como enfermedades mentales de los padres, problemas perinatales, conflictos interpersonales, pobreza o una combinación de varios de estos factores (Becoña, 2006; Rutter, 1993).

Se pueden encontrar enfoques centrados en las características de los individuos (Maltby et al., 2015), otros en el entorno (incluyendo las relaciones familiares y con otros grupos primarios) (Becvar, 2013), siendo los más aceptados los que proponen una perspectiva interaccionista (Hanbury & Indart, 2013; Iraurgui, 2012; Ungar, 2012).

Rutter (Rutter, 1993) centra su atención en la forma en que las personas superan la adversidad y cambios vitales, centrándose en la interacción entre aquellos factores que son de riesgo y los de protección, superando el concepto de invulnerabilidad. Por su parte (Bonanno, 2012) se centra en la trayectoria al trauma de los individuos, señalando que no todos quienes se han visto expuestos a situaciones traumáticas desarrollan psicopatología, como trastorno de estrés post traumático TEPT.

Sobre los componentes de la resiliencia individual, un metaanálisis realizado por Lee et al., (Lee et al., 2013), con 31.071 participantes y 33 estudios, encontraba que los factores protectores presentaban los mayores tamaños del efecto sobre la resiliencia, entre ellos el optimismo, afecto positivo, autoeficacia, autoestima y apoyo social. Dentro de los factores de riesgo se incluían: ansiedad, depresión, afecto negativo, stress percibido, y trastorno por estrés post traumático. La autoeficacia en primer lugar, el afecto positivo y el optimismo presentaban los efectos más importantes, lo cual ahonda en la idea de que los individuos resilientes usan estrategias adecuadas de afrontamiento, que alimenta su autoeficacia y el afecto positivo les protege frente a los hechos traumáticos.

Otro estudio llevado a cabo por Bonanno et al., (Bonanno et al., 2010) identificaba cuatro factores: autoeficacia, pensamiento positivo, altruismo y búsqueda de metas. A su vez, Leiva et al., (Leiva et al., 2013) realizaron un estudio cuyos hallazgos destacan el significativo rol del apoyo social familiar y de pares en la resiliencia; específicamente, el apoyo social familiar que actuaría como moderador entre la autoestima y la resiliencia; de este modo, en adolescentes con bajos niveles de autoestima, el apoyo social sería un “amortiguador” de los eventos estresantes.

Un modelo explicativo de cómo opera la resiliencia se centra en los procesos de vulnerabilidad y protección. La vulnerabilidad es entendida como (a) un fenómeno perceptible en el que cierto nivel de estrés resulta en conductas desadaptativas, y (b) en la dimensión continua dentro del comportamiento exitoso/menos exitoso (Kotliarenco et al., 1997). Los factores protectores, por su parte, corresponden a las influencias que modifican, mejoran o alteran la respuesta de una persona ante algún peligro que predispone a un resultado no adaptativo (Raczynski, 2008). Puede ser un evento displacentero, incluso peligroso. Los mecanismos protectores incluyen un componente de interacción, no actuando siempre de manera directa. Sumado a lo anterior, manifiestan sus efectos ante la presencia de algún evento posterior, modificando la respuesta del sujeto en un sentido más adaptativo que el esperable (Wolkind & Rutter, 1985 en Rutter, 1985). Se considera que los mecanismos protectores son tanto los recursos ambientales disponibles para las personas, como las fuerzas que estas tienen para adaptarse a un contexto (Raczynski, 2008).

 

Resiliencia Comunitaria

Cuando los estresores que afectan a colectivos de personas impulsan conductas adaptativas después de catástrofes naturales o sociales se habla de resiliencia comunitaria. Las comunidades pueden incorporar estrategias de supervivencia, formas de organización, compromiso, vinculación y otras experiencias para establecer nuevos lazos sociales y laborales, adaptarse y continuar con la vida (Arciniega, 2013).

Desde una óptica comunitaria, la resiliencia se puede evaluar en términos de recursos, desarrollo económico, capital social, información y comunicación y competencia de la comunidad (Ojeda, 2007). Se refiere a la capacidad del sistema social y de las instituciones para enfrentar las adversidades y reorganizarse posteriormente de manera que mejoren sus funciones, su estructura y su identidad (Arciniega, 2013); también supone sobreponerse a desastres y situaciones masivas de adversidad y construir sobre ellas (Ojeda et al., 2008). El concepto tiene un origen latinoamericano y se centra en los aspectos de afrontamiento de los traumas y conflictos colectivos. Como indica Ojeda et al., (Ojeda, Melillo, Grotberg y de Paladini., 2008), se trata de la condición colectiva para sobreponerse a desastres y situaciones de adversidad y construir sobre ellas; implicaría una visión de problemas como oportunidades, solucionables y que se pueden hacer frente. Existen múltiples definiciones de resiliencia comunitaria, algunos autores la definen como la existencia, desarrollo y compromiso de los recursos comunitarios por los miembros de la comunidad para enfrentar un ambiente adverso (Magis, 2010). Sin embargo, otros autores proponen definiciones más amplias que abarcan tanto la capacidad de prevención como la de recuperación una vez que la adversidad ha tenido lugar (Arciniega, 2013; Plough et al., 2013; Twigg, 2007).

Un estudio llevado a cabo por (Alzugaray et al., 2018) identifica 24 atributos de la resiliencia comunitaria agrupados en 3 dimensiones, el cual fue validado mediante el acuerdo Inter jueces Kalpha, obteniendo un índice de confianza de 0.759, para las siguientes dimensiones:

 

En suma, la resiliencia se podría reconocer como un proceso a través del cual un grupo o comunidad se sobrepone a eventos y/o condiciones de adversidad tanto naturales como sociopolíticas, a través del uso de estrategias colectivas eficaces que implican: la regulación de emociones compartidas (regulación emocional), la disposición y uso de recursos tanto materiales como humanos de la comunidad (bienestar y capital social), y la percepción de la competencia y capacidad de la comunidad para afrontar los desafíos y obtener determinados logros (eficacia colectiva) (Alzugaray, 2018).

Pese a lo expuesto anteriormente debemos mencionar que, si bien los constructos de resiliencia y resiliencia comunitaria han sido ampliamente estudiados, sus definiciones son muchas veces difusas, no existiendo una clara delimitación del constructo ni medidas de evaluación adecuadas (Shariffi, 2016). Sumado a lo anterior, no se encuentran estudios que incorporen adversidades directamente relacionadas con los contextos de exclusión social por lo que resulta necesario estudiar la resiliencia en dichos ámbitos. Esta es la razón por la que el presente estudio busca identificar desde la experiencia de personas que trabajan en contextos de exclusión social los principales componentes de la resiliencia.

 

Diseño metodológico de la investigación

El estudio se desarrolló desde la metodología cualitativa, puesto que recopiló experiencia de intervención social, en contexto de exclusión, de profesionales con trabajo en área de infancia gravemente vulnerada y conflictos de violencia colectiva. El objetivo general se centró en analizar el concepto de resiliencia comunitaria, a partir del relato experiencial de profesionales que desarrollan su quehacer en contextos de exclusión social, para ello se definieron tres objetivos específicos: 1) Identificar diferencias en la concepción de la resiliencia según el ámbito de trabajo. 2) Describir elementos facilitadores y obstaculizadores implicados en la resiliencia individual y resiliencia comunitaria. 3) Identificar los componentes específicos de la resiliencia comunitaria, de acuerdo con dimensiones teóricas del concepto.

Para llevar a cabo los objetivos se recogieron siete entrevistas en profundidad, individuales, semiestructuradas, a profesionales con experiencia en el ámbito de la intervención en situaciones de vulnerabilidad y exclusión social: 4 de ellos con experiencia de trabajo con infancia gravemente vulnerada en sus derechos; 2 con experiencia en conflictos armados y 1 víctima de violencia política; sus experiencias abarcan a países como Chile, Colombia, Palestina y España. El muestreo fue por conveniencia según el área de trabajo y accesibilidad a los participantes. Se buscó que la muestra fuera heterogénea con expertos que representaran los ámbitos de interés para el estudio. A continuación, se presenta una tabla con la descripción de: letra designada a las entrevistas, sexo de los participantes, años de experiencia, área de experiencia, formación y país de desarrollo profesional.

 

Tabla 1.

Descripción de los participantes.

P

Sexo

Años

Área

Formación

País

A

F

10

Infancia Vulnerada

Servicio Social

Chile

B

M

10

Infancia Vulnerada

Psicólogo,
doctor en psicología

Chile

C

M

6

Infancia y comunidades vulnerables

Psicólogo

Chile

D

M

20

Infancia y violencia política

Psicólogo,
doctor en psicología

Palestina

F

M

9

Infancia vulnerada

Educador social,
máster en investigación

España/Marruecos

G

M

30

Catástrofes y Violencia política

Médico,
doctor en Psicología

Latinoamérica/África

H

M

30

Violencia política

Licenciado

España

  1. Fuente: Elaboración propia.

 

Las entrevistas se estructuraron según un guión previo (adaptado al perfil laboral de cada participante), que agrupaba los elementos centrales de este estudio. Se partió de un guión semiestructurado, organizado en torno a las grandes macro-categorías de este estudio que fueron: tipos de adversidad, consecuencia de las adversidades, concepto de resiliencia, factores favorecedores de la resiliencia, factores obstaculizadores de la resiliencia y cómo trabajar la resiliencia, siendo las tres últimas las que se trabajaron en este artículo.

Las entrevistas duraron entre 40 y 90 minutos, llevadas a cabo siempre por la misma entrevistadora, con formación en psicología. Cinco fueron cara a cara y dos por videoconferencia a través de la plataforma skype. Fueron grabadas y posteriormente transcritas.

Todas las personas fueron informadas del propósito del estudio, accediendo a que fueran grabadas las entrevistas; toda la información personal que pudiera ser identificable fue borrada de la transcripción (nombres, lugares, fechas).

Para la creación del sistema de categorías se tuvo en cuenta la revisión teórica sobre el conjunto de los seis grandes temas o macro categorías. En base a la misma se crearon varios borradores, donde dos expertas o jueces fueron creando el sistema de categorías y sus diversos subapartados, esto es, el sistema fue creado por discusión Inter jueces y llegando a un consenso. Partiendo de este sistema se hicieron varias pruebas previas para comprobar el sistema de categorías y su adecuación al texto de las narraciones.

Se decidió por un análisis de contenido, mediante la utilización el programa Atlas-ti, software en donde prepararon los documentos primarios, que se componen de las transcripciones textuales de cada entrevista, los cuales se codificaron en función de las categorías antes mencionadas y se agruparon en redes de ideas o códigos (networks), lo cual fue revisado en dos momentos por grupos de Inter jueces.

 

Resultados y discusiones

Concepciones en torno a la resiliencia

A nivel de la Infancia

Desde la mirada de los profesionales vinculados al trabajo con infancia vulnerada, en su mayoría ven la resiliencia como un estado, dado que la identifican como la capacidad de mirar positivamente las situaciones adversas de la vida, resaltando características como el sentido del humor y extroversión, como elementos de personalidad fortalecedores para afrontar las situaciones.

también tiene mucho que ver con el sentido del humor, con la simpatía no sé si llamarlo así simpatía, extrovertidos, hay chiquillos que igual son muy para dentro pero igual tienen muchas fortalezas para afrontar las situaciones, pero si tiene que ver con no mirar la vida tan negativa, con encontrar cosas también positivas. (Entrevista A)

En un menor número de casos es percibida como un proceso, identificando la resiliencia como “algo” que se puede entrenar, moldear, y que, por lo tanto, no puede ser visto como un rasgo. De este modo, se destacan experiencias valóricas familiares y religiosas que permiten a las personas enfrentar de forma resiliente situaciones adversas.

Yo no sé. No quiero creerlo como un rasgo porque eso nos inmoviliza, si fuera un rasgo vendríamos formateados de fábrica con eso y no habría forma de entrenarlo entonces creo que tiene que ver como algo que se puede entrenar, sino estamos jodidos, tenemos la pelea perdida, no hagamos nada, vámonos para la casa, cerremos el boliche y vámonos para la casa. (Entrevista B)

Por otro lado, al vincular las experiencias de infancia con las concepciones de resiliencia comunitaria, esta es asociada a un evento estresor que vivencia una comunidad o territorio, la que cuenta con recursos de diversa índole -ya sea capital social, financiero, u otros-, para lograr afrontar dicho evento. En caso contrario, cuando no se cuenta con dichos recursos, puede que se tenga un territorio estigmatizado por carteles de drogas, de pobreza y/o delincuencia, distancia considerable a las fuentes de trabajo, entre otros.

Entonces cuando hablamos de resiliencia comunitaria hablamos ante un evento estresor que lo vive una comunidad/territorio y que tiene los recursos para enfrentar esa situación específica, pero cuando tenemos una ciudad, la villa el volcán, por ejemplo, estigmatizada por carteles de drogas, de altos niveles de pobreza, de altos niveles de delincuencia, de altos niveles de agresividad en las calles, de veredas en mal estado, una distancia considerable a las fuentes de trabajo, eso es una situación (Entrevista B)

A nivel de violencia colectiva

En la otra vereda, los profesionales que trabajan en el ámbito de la violencia colectiva, observan la resiliencia desde el constructo comunitario, destacando que existen personas que desarrollan una resiliencia individual, dadas sus diferentes capacidades personales, y que les permite enfrentar la situación, dar sentido a los diferentes hechos traumáticos, y “tomar el control de su vida o de los hechos”. Pero así también, reconocen la existencia de factores sociales que lo hacen factible, como la identidad, ideología y redes de apoyo.

bueno, hay gente que tiene más capacidad personal obviamente, no?, que tiene más capacidad de enfrentar la situación, de dar sentido al hecho traumático, de tomar el control de su vida o de los hechos, de ponerse en la perspectiva activa, de pasar de ver los hechos como un desafío, para enfrentar la situación, claro. Pero también hay una, hay factores sociales que lo hacen más o menos factible también. Si entendemos por resiliencia lo que viene de la investigación un poco más clásica de la psicología, pues habla más de control, el considerar los hechos como un desafío etc. ¿no? Y, pero hay más elementos yo creo de resistencia frente a ataques comunitarios (…). (Entrevista G)

La resiliencia a nivel comunitario es percibida como un crecimiento post traumático, como una forma de afrontamiento positivo, en la cual da sentido al establecimiento de lazos con otros para afrontar una situación de riesgo, de modo de buscar formas inteligentes de afrontarlo directa o indirectamente. Así también, la resiliencia es visualizada como un afrontamiento en el cual las personas suelen desarrollar sentimientos de pertenencia e identidad, en donde el territorio, las historias, la cultura, las ideologías y las relaciones sociales están a la base de esa consolidación identitaria.

Bueno el crecimiento post traumático sería una parte de un componente de resiliencia entre comillas, o sea sería una forma de afrontamiento positivo que formaría parte de esa resiliencia, pero pasando un poco del concepto tradicional, que sería la capacidad de volver a una situación inicial que eran muy iniciales en las reflexiones sobre...incorporando las otras formas de afrontamiento, bueno, que tiene que ver con el dar sentido al hecho traumático, o la experiencia que tiene que ver con la capacidad de establecer lazos con otros para afrontar la situación, para buscar formas inteligentes a veces también de afrontamiento directo o indirecto, porque el problema de muchas de esas cosas es que la manera en cómo se exprese la resiliencia, no? (Entrevista G)

Finalmente, en esta misma área, se ve la resiliencia como una adaptación, en la que las personas dependen de las formas concretas de acción que se desarrollan en el entorno para enfrentar un evento estresante. Por ejemplo, de acuerdo con el relato de la entrevistada G, este proceso adaptativo estaría determinado no sólo por la capacidad de organizarse, sino como un efecto de varios mecanismos comunitarios y políticos desplegados para enfrentar la adversidad.

Las formas concretas de acción depende mucho del contexto ¿no?. De ahí lo que es adaptativo, tú tienes comunidades, por ejemplo, yo que sé, comunidades, poblaciones en resistencia ¿no? Por ejemplo, Guatemala, su manera de enfrentar la represión vivida, las consecuencias de la guerra, el miedo, etc., era una muy bien organización, solidaridad abierta, programas de protección a las víctimas … denunciar, usar la religión como una manera de fortalecerse políticamente, eso era una manera ¿no? (Entrevista G)

Se aprecia que para los expertos persisten dos visiones, una que operacionaliza la resiliencia principalmente en los rasgos y características personales que definen a una persona resiliente, como la simpatía o la extroversión, que haría a los individuos más resistentes a las adversidades; y otra, que la entiende como un proceso que puede adquirirse a través del entrenamiento y de los factores externos, que permitirían el desarrollo de habilidades personales; visión que está recurrentemente presente en los profesionales con trabajo en violencia colectiva, siendo esta última coincidente con lo planteado por Cyrulnik (Cyrulnik, 2007), quien desarrolla la idea de que no se puede ser resiliente por sí solo, pues la resiliencia se logra construir bajo la interacción con el contexto social, por lo que el apoyo social es un componente fundamental para el desarrollo del bienestar individual y familiar, respondiendo a las necesidades y momentos de transición dentro del proceso de desarrollo en cada sujeto.

En consecuencia, la idea de resiliencia como proceso requeriría de la presencia de otros, así como de contextos favorecedores para que las personas puedan hacer frente de mejor manera a las adversidades. Leiva et al., (Leiva et al., 2013) argumenta la importancia del apoyo social, especialmente del apoyo social familiar, en este caso para el afrontamiento positivo de las experiencias traumáticas o altamente estresantes. Por lo que, el apoyo social surge del interés por comprender las interacciones sociales y la tendencia a buscar la compañía de otras personas, especialmente en situaciones estresantes en el transcurso del ciclo de vida (Orcasita & Uribe, 2010); en este sentido, el apoyo social hace referencia al conjunto de aportaciones de tipo emocional, material, informacional o de compañía que la persona percibe o recibe de distintos miembros de su red social (Gracia et al., 2002).

En relación con la resiliencia individual, es entendida como una mezcla de ambas visiones, tanto un estado como un proceso. Respecto a esto, un modelo explicativo de cómo opera la resiliencia se centra en los procesos de vulnerabilidad y protección. La vulnerabilidad es entendida como: a) un fenómeno perceptible en el que cierto nivel de estrés resulta en conductas desadaptativas; y b) una dimensión continua dentro del comportamiento exitoso/menos exitoso (Kotliarenco et al., 1997).

Por su parte, la resiliencia comunitaria estaría más vinculada a la perspectiva del proceso, la que se considera un modo de tomar el control y afrontar los desafíos, de resistencia frente a los ataques a la comunidad, y de fomentar los recursos comunitarios para los desafíos. Constructos cercanos son el crecimiento post traumático, dar sentido al hecho traumático, la capacidad de establecer lazos con otros, hacer frente colectivamente a la amenaza, y las acciones organizativas comunitarias. Todos ellos se pueden considerar componentes del capital social, que en base a la confianza social facilita la coordinación y cooperación entre los miembros para obtener beneficios mutuos (Putnam, 1995) y bienestar social, que incluye la participación social y comunitaria (Keyes & Shapiro, 2004).

 

Factores favorecedores y obstaculizadores de resiliencia

A nivel macrosocial

Se destacan factores favorecedores a nivel individual, tales como características personales en ámbito intelectual, emocional y relacional, en especial en contextos de infancia en exclusión social que participa de programas sociales, a partir de ello, se indican los cambios que han tenido los individuos, experimentando emociones positivas al ver las cosas como una oportunidad, de revaluar o reinterpretar la situación:

el tema propositivo, el tema de experimentar constantemente las emociones positivas, el cambio de switch, de ver las cosas más bien como una oportunidad, de revaluar o reinterpretar la situación. Por ejemplo, chicos que la habían pasado súper mal en temas de maltrato físico grave y veían esta experiencia de otra manera, o chicas también que sufrían abuso sexual, veían esta experiencia, que podían sacar algo a pesar de todo, algo que les sirviera para la vida, aprender. (Entrevista C)

Así mismo, se destaca como favorecedor el componente familiar y extrafamiliar, como el contar con apoyo de pares y de otros adultos significativos que resultan importantes para desarrollar la resiliencia. A nivel extrafamiliar, en la relación con pares, como un amigo o cercanos que se encuentra alentando al otro para salir adelante, a través de la imitación o proyección hacia un tercero:

y bueno también si hay un amigo/a cercano que esté alentándote para salir adelante mejor aún, aunque en muchos casos yo desarrollo la resiliencia porque no tengo esa persona que me esté alentando, tengo que yo mismo solito arreglármelas, pero si tengo la proyección de alguien que puedo seguir, que puedo imitar, y eso me da también, le da como alas a mi sueño, de que él sí lo ha podido hacer. (Entrevista A)

Por último, en este nivel se reconoce a los adultos, que no necesariamente son de la familia, y aparecen apoyando a otros que han experimentado una situación o dificultad, logrando establecer vínculos de confianza; por ejemplo, el profesional que interviene en estos casos, ya sea entregando herramientas o técnicas para lograr superar los hechos de violencia o de vulneración:

cuando se crean las relaciones más cercanas, yo creo que cuando llegas a un nivel más cercano, más de confianza, sí se transforman las personas en un referente, se ve cuando las personas construyen acá sus planes y ponen a la persona que quieren que los apoye, y muchas veces no hay nadie de la familia, pero sí está el profesional de acá… que él va a trabajar con eso y va a lograr con él superar esa situación, entonces sí se va viendo el referente desde acá. (Entrevista A)

Sin embargo, en este mismo nivel, se reconocen como obstaculizadores la vulnerabilidad a nivel personal y la falta de redes y/o apoyo a nivel familiar:

porque referentes hay, pero están muchas veces dedicados a trabajar, en ocasiones con problemas con la justicia, con problemas de drogas, entonces eso hace que no se preocupen de ellos, entonces de partida ya hay una familia que no respalda muchas veces y no te cuida y te provoca desconfianza, te provoca desconfianza en general en todo, porque naces en un ambiente donde no tienes cubiertas tu… (Entrevista A)

 

A nivel comunitario

Se destaca, en primer lugar, la confianza comunitaria, vinculada a la confianza existente entre los miembros de manera interna, y que por ende, cuando viven experiencias traumáticas, resisten de mejor manera el impacto en las comunidades:

Cuando las comunidades han podido mantener la confianza interna a pesar de que hayan vivido experiencias traumáticas mucho más duras, resisten mucho mejor a ese impacto, que las comunidades en las que se ha fracturado la confianza interna, ¿no? (Entrevista G)

En segundo lugar, se destaca el proyecto colectivo de vida, como forma de obtener identidad como población, donde las personas logran una participación más integral y les permite liberarse de etiquetas sociales:

En el otro, la otra población que era bastante estigmatizada en el tema de las drogas, la gente lo que hizo fue postular también a fondos regionales y hermosear las fachadas de sus casas con temáticas de las salitreras, eso contribuyó a que tuvieran mayor identidad con la población, que se participara más. (Entrevista C)

En tercer lugar, figura la resiliencia desde el liderazgo, en el que las personas escogen y construyen liderazgos, lo que genera una sensación de democracia que impacta positivamente en las comunidades que deciden sobre a sus representantes, sin embargo, también se evidencian situaciones en las que nadie ha querido ser líder, estableciéndose un proceso político organizativo para sus continuidades:

otro es el mantenimiento de los lideres o los liderazgos, las figuras de los liderazgos, muchas comunidades han sido atacadas y no han podido reconstruir sus liderazgos o los líderes han sido a su vez asesinados y eso ha generado una situación en la que nadie ha querido ser líder, no se retoma ese liderazgo comunitario que a veces es natural y a veces es político también, organizativo. (Entrevista G)

En cuarto lugar, se indica la relación a los espacios colectivos, catalogados como los espacios de interacción y escucha, que permite consolidar espacios para la proactividad colectiva:

En la agrupación fíjate que eso, precisamente esas ganas, pero más que surgían de dentro, de superar eso, fue un elemento que ya desde el momento cero me importa un comino qué te haya pasado, quién te lo haya hecho. Cuéntame, escúchame, o sea eso, influencia cero, incluso te diría más, había una proactividad de partida por querer superar es, porque una cosa que nos había hecho tanto daño a todos, que decíamos ¡demonios¡, aunque sea nuestro ámbito aquí vamos a olvidarnos de esto. (Entrevista H)

En quinto lugar, la acción colectiva es el elemento que permite observar la resiliencia, a través de la unión de las personas para ayudar a otros, por ejemplo, personas voluntarias que ayudan a levantar escombros y comenzar a levantar casas:

Recurso humano de voluntarios para sacar escombros y empezar a levantar casas. O sea. Así de “loco, estos locos están mal” y nos vamos todos para allá, para levantar escombros y ver qué se puede recuperar. Se puso la comunidad circundante, hubo una solidaridad territorial, podríamos decirle así y a la vez la gente de adentro de cada uno de los barrios tuvo la valentía de acoger esa ayuda, vio que eso era un recurso y lo acogió y se dejó guiar por otros y que eso es una forma de afrontar también, entonces creo que sí y esos son los elementos. (Entrevista B)

De igual modo, se identifica la identidad comunitaria como factor protector, percibido como el sentimiento de pertenencia en donde se conocen todas las personas, se desarrollan las normas, reglas e ideologías dentro de un territorio:

Mira aquí la franja de Gaza, tú la puedes considerar como una comunidad sola ¿por qué? porque es una pequeña franja de menos de 2 millones de personas o casi 2 millones de personas y prácticamente nos conocemos todos. (Entrevista D)

Sin embargo, dentro del mismo nivel se reconocen obstaculizadores, principalmente asociados a la falta de participación social, pérdida de confianza comunitaria y pérdida de identidad colectiva.

Pérdida de confianza comunitaria

Mira, se conocen entre sí, pero en ese entonces estaban tan desconfiados unos a otros, era como colocar grandes castillos y grandes rejas para que no les fuese a pasar nada a su casa o grandes murallas para no ver para afuera, porque en realidad afuera siempre había peleas y todo y en realidad era poca la conversación que tenían con sus vecinos. (Entrevista C)

Pérdida de identidad

En contextos de mucha violencia con localidades y espacios fragmentados estructural y relacionalmente, el trabajo para volver a confiar y más aún hacerlos sentir parte de algo es difícil, cuando miran a su alrededor y lo que los identificaba ya no existe. (Entrevista G)

Falta de participación social

Es que muchas de las comunidades de las que hablamos son comunidades excluidas social y políticamente, o sea no pintan nada, los Estados son Estados elitistas en los cuales estas poblaciones son consideradas marginales, subsidiarias, etc. (Entrevista G)

 

La religión

La religión, como elemento favorecedor, permitiría que las personas generen un sentimiento de identidad dentro de la comunidad, de manera que el más vulnerable puede sentirse más acogido por las instituciones religiosas. La religión es identificada como el consuelo, que permite dar sentido a la experiencia, como fuente de apoyo. Es importante el rol de la religión a través de los discursos que fomentan la resignación (como en el caso de algunas religiones evangélicas en Latinoamérica). Este elemento favorecedor es destacado, tanto por profesionales vinculados a la infancia, como por aquellos involucrados en violencia colectiva:

Participación en actividades de instituciones religiosas y de fé? …Yo creo que sí porque generan un sentimiento de comunidad y más encima desde su discurso el desvalido es mucho más lógico entonces la comunidad se puede sentir mucho más acogida y es fundamental generar un colchón socioemocional para que la comunidad pueda visualizar sus propios recursos. (Entrevista B)

Sin embargo, también se reconoce que puede ser utilizada para mantener condiciones sociales adversas, por ejemplo, a través de la resignación:

(…)Yo creo que en algunos casos de da el hecho de que yo por estar participando de una iglesia pueda ir generando algunos cambios; eh, pero lo que sí hemos visto es que esos cambios en la mayoría de los casos no son muy consistentes porque vienen como de un dogma que se, no se te impone porque vas voluntario, pero sí es algo externo a ti, entonces si tú en algún momento le encontraste sentido y te refugiaste en eso, pero si no es algo que tu tengas puesta tu convicción va a ser más difícil. (Entrevista A)

A nivel macrosocial

Vinculado a la política social, a la posibilidad de que las personas puedan contar con políticas sociales o acciones institucionales que apoyen a las comunidades a superar las situaciones adversas. Aparece la figura del profesional, muchas veces percibido como asistencialista, hasta que se les incorpora a acciones conjuntas que permiten evidenciar que las políticas son acompañadas con prácticas promocionales y habilitantes para la comunidad:

La gente creía que nosotros éramos asistencialistas, pero la política pública de las artes y cultura en ese entonces era construir la política desde abajo hacia arriba, entonces la gente como que se aburría, pero había otras que seguían y seguían y en conjunto se fueron realizando esas políticas. (Entrevista C)  

Dentro del nivel macrosocial, se reconoce la exclusión social, como el principal obstaculizador, la que estaría determinada por estigmatización, políticas sociales o acciones institucionales que debilitan a las comunidades y la falta de recursos.

Estigmatización

es importante la estigmatización por el territorio porque es más difícil de cambiar (…) de hecho había muchos chicos profesionales que no encontraban trabajo por el lugar donde tú vives. En el CV tiene que salir tu dirección o personas que no eran profesionales, pero que querían trabajar y tampoco les daban trabajo, incluso muchos no decían donde vivían. (Entrevista C)

Institucional

el problema es que la falta de apoyo de las instituciones muchas veces se convierte en un estresor más que las víctimas o que las poblaciones tienen que enfrentar para (…) o sea, no tienen viento a favor, ¿tienen viento en contra, entonces quien lo logra obviamente se hace todavía mucho más resiliente, porque ha tenido que saber cómo enfrentar al aparato del Estado que no tiene interés o que no hay una respuesta frente a eso, ¿no? (Entrevista G)

Falta de recursos

el que exista la posibilidad de que algún otro te abra esa puerta, esa posibilidad contribuye a lograr las cosas y confiar más, también y a ser más resiliente, va todo como relacionado y eso nosotros lo vemos que es así porque cuando no está esa posibilidad… no hay un colegio que quiera recibir, no hay un tratamiento adecuado, no están las camas para que se hospitalicen, no hay médicos, se hace todo más difícil, se cierran muchas puertas, este tiene que ser un trabajo de estar buscando constantemente posibilidades de apoyo. (Entrevista A)

Al asociar las miradas profesionales, se puede dar cuenta que desde el trabajo con la infancia se reconocen, en primera instancia, los factores favorecedores de resiliencia, esto es, aquellos de carácter individual, en donde nuevamente hay una visión basada en rasgos, pero también la capacidad para ver el lado positivo (proceso). En esta línea, un estudio de (Alzugaray y Wlodarczyk, 2020), indica que la resiliencia individual se desarrolla en situaciones de adversidad, de manera que son los adolescentes que han afrontado situaciones difíciles los que con más probabilidad han podido desarrollar su capacidad de aprender a afrontar las incertidumbres que acompaña a los cambios y pérdidas familiares, percibiendo las situaciones inciertas con interés, y persistiendo en el logro de sus metas; esto demostraría que si bien, la resiliencia individual, respondería a un mecanismo asociado a los rasgos, esta se activaría en el vínculo y en las interacciones con otros. Además, se enfatiza que los grupos de referencia como la familia, los adultos significativos y grupos de pares son un factor protector o amortiguador de los efectos negativos de las condiciones de exclusión social. La calidad del cuidado, cariño y compromiso en las relaciones intrafamiliares constituye un factor protector para los jóvenes (Walsh, 2002), así la presencia de la familia puede amortiguar la influencia de ambientes nocivos y evitar que se acumulen riesgos en formas que desafían las trayectorias de desarrollo saludable de los niños y niñas. De este modo, la resiliencia será el resultado de la capacidad de los jóvenes individuales y sus familias para navegar en su camino hacia los recursos que necesitan para enfrentar la adversidad, de manera que se ajuste a las demandas de sus contexto tanto sociales y físicas (Ali et al., 2004).

Por su parte, desde la mirada de los profesionales que trabajan en contexto de violencia colectiva, se identifica de manera más clara la resiliencia comunitaria, manifestándose la importancia del afrontamiento conjunto de adversidades consideradas como compartidas, identificándose la confianza y la identidad comunitaria, como factores claves su adquisición, la cual se ve reforzada en el compartir espacios colectivos que permitan construir un proyecto común y en el compartir socialmente las emociones a través de manifestaciones culturales, religiosas y rituales colectivos (Zumeta, 2017; Rimé, 2013).

Es necesario un afrontamiento colectivo de las adversidades (Wlodarczyk et al., 2016) a través de diversas formas de organización y participación para afrontar positivamente las adversidades. En su contraparte, la pérdida de confianza y de identidad impactan significativamente a la comunidad, disminuyendo el tejido social, dejando a las comunidades más expuestas a ser afectadas por los efectos la violencia política y colectiva (Silver, 1994).

La estigmatización, por su parte, se asocia en los discursos de los participantes a la victimización. En concreto, la victimización secundaria, llevada a cabo principalmente por el Estado a través de sus distintos aparatos, pero también por otros miembros de la sociedad que actúan como sostenedores de la situación de víctima dificultarían la recuperación de las víctimas (Chía, et al., 2011).

Por último, la falta de políticas institucionales y de recursos que protejan a colectivos vulnerables no sólo podría generar una respuesta situada desde la indefección o afrontamiento negativo frente al conflicto. Así también, en la otra vereda, la presencia excesiva y poco pertinente de la política social, por ejemplo, aquellas situadas desde la asistencialidad y compasión, potenciarían el ir contribuyendo a una mirada estigmatizada de ciertas comunidades en conflicto, lo que obstaculiza el desarrollo posterior de los miembros de la comunidad y debilitaría el tejido social, actuando en la verada contraria de la cohesión social (Ochman, 2016).

 

Reconocimiento de atributos propios de la Resiliencia Comunitaria

A continuación, se presentan las similitudes encontradas entre las ideas reportadas en las narraciones de las entrevistas y la revisión de los atributos de la resiliencia comunitaria mencionados en la literatura (Alzugaray et al., 2018). Se mencionan principalmente aspectos relativos a la dimensión de capital y bienestar social, se incluyen los espacios colectivos que permiten la regulación emocional y el compartir social, pero con menos frecuencia. También aparecen aspectos relativos a la identidad compartida y la acción colectiva como forma de fortalecimiento comunitario, no aparece expresamente la idea de la eficacia colectiva, si bien pueden asemejarse a la idea mencionada en relación con la importancia de la acción colectiva para el afrontamiento exitoso.

Tabla 2.

Atributos de la RC: convergencia entre entrevistas y revisión de la literatura

  1. Revisión Bibliográfica

    Entrevistas

    4. Expresividad

    IV.2.4 espacios colectivos

    6. Afrontamiento

    IV.2.5 acción colectiva

    16. Preparación

    IV.2.5 acción colectiva

    17. Integración social

    IV.4 política social/institucional

    21. Recursos

    IV.4 política social/institucional

    19. Identidad

    IV.2.6 identidad comunitaria

    22. Cohesión

    IV.2.1 confianza comunitaria

    24. Liderazgo

    IV.2.3 liderazgo

  2. Fuente: Elaboración propia.

 

De acuerdo con la tabla, la opinión de los expertos se observa presente en la regulación emocional, las dimensiones de expresividad y afrontamiento, dimensiones que estarían dadas por la participación en espacios colectivos, y mecanismos de acción colectiva que a su vez refuerzan la identidad comunitaria e incrementan la capacidad de gestión y respuesta de comunidades en conflicto:

creo que comunidades que han logrado dar sentido a su experiencia a veces a través de la cultura, a veces a través de la ideología del análisis de la realidad, que han logrado salir de la confusión del por qué nos pasó esto, por qué nos pasó a nosotros, que le pueden dar sentido a la experiencia, son comunidades que se encuentran mucho mejor, con mucha capacidad, más capacidad de resistencia que otras comunidades que no saben lo que está pasando que están más alienadas que han sido despojadas de su identidad, clave. (Entrevista G)

Asimismo, se identifica la falta de empatía, como un inhibidor del desarrollo de la resiliencia a nivel comunitario: “el entorno, una falta de empatía, porque por miedo, por desidia, por cobardía, por militancia, porque que se jodan, no sé, no sé, pero en aquellos... en el año 1980, la falta de empatía del tejido social era clamorosa, clamorosa, o sea, mi familia ha salido adelante por voluntad de los propios hijos y mi madre”. (Entrevista H).

En este sentido, los reguladores emocionales, vienen siendo desde el paradigma cognitivo-conductual

la destreza de las personas y el proceso deliberado que requiere esfuerzo para atender y percibir los sentimientos de forma apropiada y precisa, la capacidad para asimilarlos y comprenderlos de manera adecuada y la destreza para regular y modificar nuestro estado de ánimo o el de los demás de manera voluntaria (Ribero & Vargas, 2013, p. 498).

En este sentido, los profesionales coinciden en que parte importante del éxito en la resolución de catástrofes estarían determinados por dichas disposiciones a nivel comunitario. En el contexto de adversidades y traumas colectivos, las comunidades deben lidiar con emociones compartidas y movilizar recursos para así regular dichas emociones (Neville & Reicher, 2011; Van Kleef & Fischer, 2016).

Respecto al bienestar y capital social, aparecen reflejadas las dimensiones de integración social, recursos, identidad y cohesión. En este sentido las dos primeras, estarían representadas en el marco de la política social e institucional, como agentes promotores de la visualización de recursos comunitarios e implementación de estrategias de integración social. Por otro lado, la identidad se asocia a expresiones en torno a la identidad comunitaria, entendida como el proceso en que las comunidades hacen de la experiencia adversa parte de su historia y construcción identitaria, lo que permite generar rituales y celebraciones en el marco de una experiencia adversa que reivindica sus estrategias de afrontamiento como comunidad:

han construido una identidad colectiva, integrando las experiencias de violencia a veces en su propia experiencia, pero reconstruyendo una identidad común no? Se encuentran mucho mejor, con más capacidad de resistencia que comunidades que han perdido esa identidad. (Entrevista G)

Por último, la cohesión se asocia a la confianza comunitaria, estaría estrechamente vinculada a la capacidad de la comunidad en la delegación de funciones, la cercanía y el reconocimiento de los sujetos que enfrentan dicha experiencia adversa:

Tiene que ver con el dar sentido al hecho traumático o la experiencia que tiene que ver con la capacidad de establecer lazos con otros en los que confías para afrontar la situación, para buscar formas inteligentes. (Entrevista H)

En suma, el capital social entendido como el conjunto de recursos derivados de la red de relaciones interpersonales y grupales en las que participa el sujeto (Putnam, 2000). En este caso, estaría dado por la percepción de una adversidad común y la necesidad de unirse y confiar en la comunidad y sus actores para afrontar dicha adversidad. Es así como una comunidad resiliente cuenta con capital social para afrontar cambios y adversidades. La confianza social en combinación con la reciprocidad y la cooperación proporcionan beneficios a quienes establecen esta relación (Durston, 2002). Por ello, tanto el capital social como el bienestar social se encuentran asociados entre sí (Keyes & Shapiro, 2004).

La resiliencia a nivel comunitario, si bien desarrolla los elementos del capital social, es imposible no situarla desde la dimensión de la eficacia colectiva, entendida como la capacidad de poder actuar conjuntamente y lograr el efecto esperado, que se ha ido configurando en la historia de cada comunidad y tiene la virtud de dar un sentido de compromiso activo del individuo con su grupo de pertenencia (Sampson, 2003 en Tejeda, 2006). Los expertos entrevistados, destacan en los afrontamientos exitosos el control, la competencia, autoeficacia, perseverancia, habilidades, creatividad, autonomía, desafío, esfuerzo y por sobre todo la preparación; ligado a ese último concepto aparece vinculado el liderazgo comunitario, como motor para la realización de acciones colectivas, siendo estos actores (líderes), quienes preparan las formas en que la comunidad accede y decide afrontar una adversidad.

bueno, uno es la confianza y la comunicación interna. Otro es el mantenimiento de los lideres o los liderazgos, las figuras de los liderazgos, muchas comunidades han sido atacadas u no han podido reconstruir sus liderazgos, sin embargo, en comunidades que han mantenido liderazgos son capaces de generar espacios de afrontamientos más distractivos logran dar sentido la experiencia y establecen mecanismos identitarios. (Entrevista H)

Estos líderes si bien pueden aparecer átonamente en las comunidades o también responder a un proceso de configuración mucho más institucionalizado, deben a tener a la base una postura asociativa y verse dispuestos a los espacios de aprendizaje que potencien la acción colectiva. En consecuencia, el afrontamiento de una adversidad colectiva, según los participantes, requiere capacitarse para la acción colectiva, definir objetivos y planear acciones colectivamente. Todos ellos serían componentes de la eficacia colectiva, definida como la creencia de un grupo respecto a sus competencias y capacidades para obtener determinados logros en forma conjunta (Bandura, 1997, en Arruabarrena & De Paúl, 2002).

Asimismo, converge con la proposición del Modelo de la Identidad Colectiva según el cual cuando las comunidades hacen frente a desastres desarrollan la resiliencia psicosocial colectiva ante las percepciones compartidas de vulnerabilidad y al mismo tiempo de apoyo social comunitario (Ntontis et al., 2018). Por su parte, se ha definido la resiliencia comunitaria por la capacidad de la comunidad para regular las emociones a través de formas activas de apoyo mutuo y regular y/o controlar las emociones, en especial las negativas, como el enojo y la pena; promover los recursos comunitarios entendidos como capital social, que permite el control normativo de las conductas desviantes, el apoyo de los líderes comunitarios y el trabajo comunitario basado en el apoyo mutuo y la lucha por obtener recursos de las instituciones cercanas (las municipalidades); en este camino la comunidad adquiere un sentido de Eficacia colectiva, definiendo las metas comunes, y su competencia para decidir las maneras de resolver los problemas (Alzugaray et al., 2020).

 

Conclusiones

La resiliencia comunitaria se visualiza en contextos adversos, caracterizados por condiciones sociales y colectivas de marginación, violencia, y otras formas de exclusión social que tienen consecuencias negativas, pero que al mismo tiempo movilizan la acción de personas y comunidades. La creación de espacios colectivos que permiten dicha acción y las formas de afrontamiento comunitarias favorecerían la resiliencia comunitaria; mientras que las fortalezas individuales y el potenciar el apoyo sociofamiliar serían beneficiosos para la resiliencia individual.

Respecto a la definición de resiliencia, predomina una visión individual, en especial entre los profesionales que trabajan en el contexto de infancia vulnerada, si bien se entiende como un proceso de interacción entre la persona y los factores contextuales, tanto favorecedores como obstaculizadores. Por su parte, en el ámbito de infancia, son aquellos aspectos asociados a las fortalezas individuales y las redes de apoyo sociofamiliar los más importantes para sustentar la resiliencia.

El concepto de resiliencia comunitaria fue reconocido, principalmente, por aquellos profesionales que trabajan en contextos de violencia política o colectiva, sobresaliendo aquellos factores facilitadores asociados al compartir mediante el uso de espacios colectivos dirigidos a objetivos comunes, que generan identidad colectiva y sentido de confianza social, y promueven estrategias de afrontamiento comunal para la resolución de los problemas colectivos. Destacan especialmente las facetas de capital social y eficacia colectiva, la primera se concibe como una forma de construcción compartida con los otros, de manera activa, y donde el grupo se organiza para buscar soluciones y capacitar en ese proceso a la comunidad., la segunda, se vincula con formas de afrontamiento de aproximación, que especialmente se desarrollan en contextos de trabajo sociopolíticos en comunidades desplazadas (como Gaza, Guatemala o Colombia) y aunque la regulación colectiva de emociones no aparece directamente mencionada en los discursos, se insiste en los espacios colectivos que permiten el compartir social emocional.

Por otro lado, aparece mencionada junto al crecimiento post traumático, porque la resiliencia no es volver a los que ya existía antes del trauma, sino que es un proceso en el que se da sentido positivo a la experiencia y se reinventa incorporando nuevas formas de organización y pensamiento. Al respecto, González-Muzzio (González-Muzzio, 2013) señala la relación directa entre Capital social y Resiliencia Comunitaria, indicando que son más resilientes las comunidades que participan activamente en organizaciones formales y que cuentan con una mayor red de apoyo.

 

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  1. 1 Académica Escuela de Psicología Universidad Santo Tomás Chile Doctora en Psicología Social, Psicóloga, Universidad de la Frontera. Av. Prat 879, Concepción, Chile. 4030000.
    Correo electrónico: carolinaalzugaray@santototomas.cl
  1. 2 Académica de Trabajo Social, Universidad San Sebastián-Chile, doctoranda en Psicología Social Comunitaria, Universidad Iberoamericana de México, Magíster en Investigación Social y Desarrollo, Universidad de Concepción, Trabajadora Social, Universidad Santo Tomás. Lientur 1457, Concepción, Chile. 4030000. Correo electrónico: andrea.fuentes@uss.cl
  1. 3 Doctora en Psicología Social. Departamento de psicología social, facultad de psicología, Universidad del País Vasco. Avenida Tolosa 70, 20018, San Sebastian/Donostia, Spain. Correo electrónico: nekane.basabe@gmail.com