Teresa Huneeus Cox (1931 – 2017): Una psicóloga y mujer admirable

Teresa Huneeus Cox (1931 – 2017): An admirable psychologist and woman

 

Recepción: 21 de junio de 2023 / Aceptación: 1 de agosto de 2023

 

Georg Unger Vergara1

DOI: https://doi.org/10.54255/lim.vol12.num24.812

Licencia CC BY 4.0.

 

Teresa Huneeus Cox (1931 – 2017): Una psicóloga y mujer admirable

 

“Todo esto que pasó es muy importante y creo importante que quede escrito.
Confío en como tú lo vas a hacer, sino te hubiera dicho - Georg, estoy ocupada-” 2007

 

Teresa Huneeus nació en Santiago de Chile en 1931, hija de Agustín Huneeus Salas y de Virginia Cox Balmaceda. Se tituló como psicóloga en la Universidad de Chile en 1976.

Interesada por las nuevas reformas en el campo de la atención de personas con trastornos psicóticos y, en particular, de la esquizofrenia, contribuyó inicialmente a ello con la creación y dirección del centro diurno “Melinka”, en la comuna de La Reina. En ese espacio también ofreció, a principios de los 80, apoyo terapéutico a estudiantes de Psicología de la Universidad de Chile. Fue socia fundadora y directora del Instituto Gestáltico (IGSA). Ofreció formación y terapia gestáltica y educación popular en diferentes lugares de Santiago.

Participó en varios congresos nacionales de psicología y en 1989 fue invitada al 5º Congreso Anual de la Sociedad de Estudios sobre Estrés Postraumáticos, en San Francisco, California, donde presentó el trabajo “Mujer y Violencia en una Sociedad Violenta”.

Participó activamente con destacadas figuras de la psicología en el Colegio de Psicólogo en la década de los ochenta.

Como relata Alfonso Luco, el 5 de septiembre de 1986 dos abogados interponen la primera querella criminal por torturas ante el Juez René García Villegas. El juez ofició al Colegio de Psicólogos para con el fin de entrevistar e informar sobre la condición de orden psíquico en que se encontraban 21 detenidos que acusaban haber sido torturados. (Luco, A., 2016, p. 8)

Los detenidos fueron entrevistados por Domingo Asún, Teresa Huneeus, Luis Montesinos y Elisa Neumann, corriendo –junto al juez García Villegas que fue sancionado en 1987 por afirmar que la CNI torturaba– evidentes riesgos personales. (Luco, A., 2016)

En lo que sigue voy a referirme a experiencias que me relató personalmente. Por una solicitud explícita de parte de ella, no profundizaré en las que tocan cuestiones familiares.

Teresa estudiaba Psicología y trabajaba cuando ocurrió el golpe de Estado cívico-militar. Dicha experiencia marcó su vida trágicamente porque su hija mayor, Teresa Izquierdo, y su pareja fueron detenidos hacia 1976 y se volvieron inubicables. Su hija Teresa vivió el horror en su tránsito por diferentes centros de tortura y su yerno es hasta hoy un detenido desaparecido.

En los primeros días tras el golpe tuvo que quemar libros “(…) cosas de esas. Pero, no recuerdo nada demasiado especial de esos primeros días”.

Cerraron la Universidad de Chile y se fue a cursar unos ramos electivos en la Universidad Católica. “También ahí fue bien grave; la mayoría de los profesores que nos hacían clases, nunca más los vi, se fueron”.

En el tiempo que terminaba la carrera de Psicología detuvieron a su yerno y a su hija. Desde esos días se involucró activamente en la resistencia contra la dictadura. Comenzó a ir a las cárceles y se encontró, entre otras mujeres, con Gladys Marín, que había perdido a su esposo; este había desaparecido.

“Como psicóloga empecé a ir a verla y ella elaboró un poco conmigo lo que había pasado (…), me contó muchas cosas espeluznantes y ahí yo ya empecé regularmente a ir a visitar a las presas. Fui a Cuatro y Tres Álamos”.

Esto lo practicaba mientras intentaba ubicar a su hija.

Unos meses más tarde lo logró y a través del SIME, una organización internacional, pudo llevarla a Francia.

GU.: A estas alturas, en este período, tú te titulaste de psicóloga.

TH.: Sí, el 76, justo cuando estaba pasando todo esto”.

Lo que siguió fue algo inédito en su vida “(…) lo que yo fui descubriendo, que esta cuestión te obligaba a disociarte, a desintegrarte y a las mujeres nos cuesta mucho más ser disociadas que a los hombres. Entonces empezamos a hacer cosas muy luego”.

Lo primero que hizo fue integrarse a la Agrupación de Detenidos Desaparecidos y en junio del año 1977 participó en un ayuno, que fue uno de los primeros actos públicos de resistencia contra el régimen.

“Como ya era psicóloga empecé a atender gente; no me acuerdo qué año fue lo de Lonquén, yo me acerqué a la Vicaría (…), empecé a ir a hacer terapia todas las semanas, con la familia Maureira y la familia Astudillo”.

Habían perdido cinco y dos miembros de su familia, respectivamente.

T: Después de esos días me juré que nunca más me iba a dejar de dar cuenta de lo que pasaba en el país.

GU.: Estamos hablando de cosas que pasaron hace mucho tiempo atrás.

TH.: Muy largo; me acuerdo, por ejemplo, que yo salía en la mañana; iba a la Vega ponte tú y me echaba un limón y un pañuelo a la cartera, por si me tocaba estar en alguna marcha o protesta”.

Su activa participación en colectivos y actos de protesta y resistencia ocasionaron que se le detuviera muchas veces.

Se asoció al directorio del Colegio de Psicólogos el año el 81 en tiempos en que lo dirigía Soledad Larraín, Domingo Asún y también Alfonso Luco. Desde allí escribieron muchas declaraciones y promovieron, como gremio, las Jornadas de Protesta que se verificaron en la década de los 80 contra la dictadura.

Hacia el 83 participa junto a Fanny Pollarolo en el colectivo Mujeres por la Vida, que organizó varias movilizaciones. Fanny fue detenida muchas veces y relegada por este trabajo de resistencia. Esta agrupación nace a raíz de “(…)un padre que se quemó a lo Bonzo (mientras sus hijos eran torturados)”. Se refiere a Sebastián Acevedo.

También recuerda que María Asunción Bustos siempre que había alguna acción la llamaba. “(...) Me avisaba, me decía dónde y yo asistía y hacíamos unos actos por todos los detenidos desaparecidos, los torturados, los deportados, éramos muy arrojados; resistíamos hasta el final, aguantábamos las bombas”.

“Yo participé desde el 73 en distintas cosas (...), entre medio empezó a pasar esto de que empezaron a invadir las universidades. En una de estas se metieron a la escuela de Ingeniería y tomaron preso a un montón de muchachos: los apalearon, les sacaron la cresta (…), entre medio tomaron a mi hijo Diego, el menor, y éramos doscientos padres que estábamos afuera y dije: somos una fuerza, somos mucha gente, organicémonos, hagamos una agrupación de familiares de los estudiantes. Y lo hicimos, de la Chile y otras; salimos en el diario. Fue bien fuerte la cosa, de hecho soltaron a los cabros”.

Teresa se transformó en la coordinadora de esta agrupación de familiares de estudiantes universitarios maltratados.

Recuerda cuando Rodrigo Rojas y Carmen Gloria Quintana fueron quemados vivos en una jornada de protesta.

“Fui a la posta y dije: soy la madrina. Y me dije: tengo que sacar a esta niña de aquí. Conseguí que a Carmen Gloria Quintana la llevaran al Hospital del Trabajador donde estaba ese doctor que le salvó la vida. (…). Me acuerdo que tuvimos que juntar plata porque había que pagar 16 millones de pesos (…). Y para que se fuera a Canadá, porque en Canadá la trataban gratis”.

También recuerda cuando mataron al periodista Pepe Carrasco, que era íntimo amigo de su hija que había vuelto de Francia. Atendió a su esposa y personas del equipo de Revista Análisis.

Tessi, como le decíamos quienes tuvimos la fortuna de conocerla (en mi caso desde el 82), trabajó también en el CINTRAS, con Mario Vidal. “(…) Trabajé tres o cuatro años ahí, con víctimas de la represión; a partir del 89 o 90”.

Su trabajo poblacional la llevó a atender al encierro institucional y familiar de los y las pacientes con esquizofrenia. Con el apoyo de la Cooperación Italiana organizó la Comunidad Terapéutica de Peñalolén, que ha continuado con su trabajo pionero y ha sido distinguido en el campo de las alternativas al modelo de atención manicomial.

El año 1993 le fue concedido el Premio Sergio Yulis de la Sociedad Chilena de Psicología Clínica en el contexto del encuentro “Momentos Creativos en Psicoterapia”.

El año 2001 Teresa Huneeus publicó el libro La esquizofrenia: una visión integradora, que me confió revisar en contenido y redacción.

Luego se retiró a vivir junto al mar, seguramente siempre lúcida y amable, porque Tessi fue una persona luminosa que repartió mucho amor por doquier.

Referencias bibliográficas

Asociación Latinoamericana Sandor Ferenczi. https://www.alsf-chile.org/Indepsi/Correos/Terapeutas/Terapeutas-4.pdf

Biblioteca Tesi Huneeus – Tesi Huneeus. (s.f.). Tesi Huneeus – Corporación. https://cordescorporacion.cl/biblioteca-tesi-huneeus/

Hunneus, T. (2007). Comunicación personal.

Luco, Alfonso. (2016). El rol del Colegio de Psicólogos de Chile durante la Dictadura cívico-militar. Revista de psicología (Santiago)25(1), 01-08. https://dx.doi.org/10.5354/0719-0581.2016.42246

Unger, G. (2009) Memoria colectiva de prácticas de resistencia contra la dictadura cívico – militar en Chile (1973 – 1989): un análisis de discurso de relatos del exilio interno. Tesis para optar al grado de Magíster en Psicología Social

 

 

 

 

1 Psicólogo, Universidad de Chile. Magister en Psicología Social Crítica por la Universidad Arcis y por la Universitat Autónoma de Barcelona. Académico Carrera de Psicología. Universidad Central de Chile. Lord Cochrane 417, Código postal: 8330507.
Correo electrónico: georg.unger@ucentral.cl. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6215-9311