Reconfiguración identitaria en jóvenes chilenos y redes sociales: una otra perspectiva al adultocentrismo

Identity reconfiguration in young chileans and social networks: another perspective to adultcentrism

 

Recepción: 30 de junio de 2022 / Aceptación: 26 de agosto de 2022


Paola Andreucci-Annunziata1

Shénhui Lín2

Beatriz Urbina-Sánchez3

 

DOI: https://doi.org/10.54255/lim.vol11.num21.669


Resumen

Los discursos sociales de instituciones como la familia, la iglesia, la escuela, los partidos políticos, han hecho un relato de las y los jóvenes y su configuración identitaria en el que se observa la influencia de la matriz adultocéntrica. El estudio aborda dicha temática desde el análisis de diez casos y la teoría fundamentada de jóvenes chilenos de capas medias de la sociedad, entre 18 y 19 años, residentes en la capital chilena, y lo focaliza en el uso de las redes sociales digitales re-configurantes de su identidad dialógica. Se concluye que las y los jóvenes dictan nuevas pautas de socialización, intercambio e internalización con estas herramientas de comunicación. Consiguen buscar, participar, pertenecer, incidir, identificarse y luego retirarse de distintos grupos sociales de modo aparentemente inocuo. Un hallazgo relevante apunta a que las redes sociales digitales y las actuales tecnologías, desempoderan al adulto dejando en evidencia el posicionamiento subjetivo del y la joven al modo de un juvencentrismo inclusivo.

Palabras clave: joven, adulto, identidad, discurso, tecnología de la comunicación, investigación social. (Tesauro de Ciencias Sociales e Información y
Comunicación de la Unesco)

 

Abstract

The social discourses of institutions such as the family, the church, the school, the political parties, have made a story of the young people and their identity configuration in which the influence of the adult-centric matrix is observed. The study addresses this issue from the analysis of ten cases and the grounded theory of young Chileans from the middle layers of society, between 18 and 19 years old, residing in the Chilean capital and focuses on the use of reconfiguring digital social networks of his dialogical identity. It is concluded that young people dictate new guidelines for socialization, exchange, and internalization with these communication tools; they manage to seek, participate, belong, influence, identify and then withdraw from different social groups in an apparently innocuous way. A relevant finding points to the fact that digital social networks and current technologies disempower the adult, revealing the subjective positioning of the young person in the manner of an inclusive youth-centrism.

Keywords: young, adult, identity, speech, communication technology, social investigation. (Tesauro de Ciencias Sociales e Información y Comunicación de la Unesco)

 

Resumo

Os discursos sociais de instituições como a família, a igreja, a escola, os partidos políticos, fizeram uma história dos jovens e sua configuração identitária em que se observa a influência da matriz adultocêntrica. O estudo aborda essa questão a partir da análise de dez casos e da teoria fundamentada de jovens chilenos das camadas médias da sociedade, entre 18 e 19 anos, residentes na capital chilena, e enfoca o uso de redes sociais digitais reconfigurantes sua identidade dialógica. Conclui-se que os jovens ditam novas diretrizes de socialização, troca e internalização com essas ferramentas de comunicação; conseguem buscar, participar, pertencer, influenciar, identificar e depois se retirar de diferentes grupos sociais de forma aparentemente inócua. Um achado relevante aponta para o fato de que as redes sociais digitais e as tecnologias atuais desempoderam o adulto, revelando o posicionamento subjetivo do jovem à maneira de um centrismo juvenil inclusivo.

Palavras chave:  juventude, adulto, identidade, discurso, tecnologia da comunicação, pesquisa social. (Tesauro de Ciencias Sociales e Información y
Comunicación de la Unesco)

 

Introducción

Las redes sociales de los y las jóvenes se han ido transformando paulatinamente en gravitantes en su proceso de conformación identitaria. Los vínculos e intercambios presenciales con los grupos de adultos y pares de pertenencia y referencia se han visto multiplicados y diversificados con ayuda de las tecnologías de la información y la comunicación (Halpern et al., 2016). Estas últimas facilitan, potencian y orientan el intercambio y, al mismo tiempo, posibilitan la puesta en juego de distintas “caras” y/o “voces” al servicio de lo deseado o no del encuentro aportando a la mutación de las subjetividades en dicho intercambio (Amador, 2010).

El presente estudio se hace cargo de esta problemática y aborda las mutaciones del sí mismo adolescente y juvenil desde la perspectiva dinámica del self dialógico en un grupo de jóvenes que utiliza las redes sociales digitales (RSD) con fines diversos –comunicacionales, recreativos, laborales, políticos– y en cuya utilización reconfigura permanentemente su identidad en tensión, diálogo, acuerdo, debate y confrontación con la matriz adultocéntrica. Nos preguntamos por: ¿cómo la utilización de las RSD contribuye a dicho proceso de reconfiguración identitaria?

El estudio adhiere a una tradición que concibe el desarrollo humano y, más específicamente, el ciclo vital como un tránsito progresivo y recursivo de pliegues y despliegues evolutivos marcados por el intercambio del sujeto con su entorno sociocultural en diversos niveles de complejidad, aportando a su construcción, deconstrucción y reconstrucción (Wells, 2001; Wertsch, 1998). En esta óptica suele hablarse de juventudes más que de adolescentes, dado el valor y alcance epistémico de la primera categoría.

Por cierto, esta perspectiva se enfrenta a una tradición de corte más biologicista y epigenético, asociada a una concepción naturalizada, conservadora y funcionalista del desarrollo humano que fija a la adolescencia como una etapa evolutiva precedida y seguida por una etapa posterior, en la que el logro de hitos prescriptivos del desarrollo se valora como parámetros de normalidad propugnándose su consecución (Feldman, 2013; Papalia et al., 2010). La identidad adolescente, en esta óptica, se concibe como un logro monolítico de la etapa.

Esta visión naturalizada del desarrollo, por tanto, se contrapone a una visión comprehensiva y constructivista, especialmente relevante para acceder a una comprensión más compleja, intersubjetiva y/o dialógica de la configuración de identidad e identidades juveniles y adultas (Dulcey-Ruiz y Uribe, 2002). La perspectiva de la uniformidad o del joven típico promedio vuelve a verse desafiada por la perspectiva de la multiplicidad, polifonía y diversidad de encuentros y aproximaciones identitarias dialogales y dialógicas organizadas en torno al self o sí mismo (Andreucci y Tartakowsky, 2016; Silva y Martínez-Guzmán, 2017), esta vez en la temática de la juventud en su ineludible relación con diversos sistemas ecológicos dinamizantes (Bronfrenbrenner, 2005).

Se suma una perspectiva latinoamericana crítica que cuestiona en nuestras latitudes y sociedades, expuestas a especiales condiciones de vulnerabilidad social, transgresión de derechos, situaciones de violencia y pobreza extremas, precarias instituciones políticas y económicas de soporte, la concurrencia de intercambios interpersonales que favorezcan un desarrollo “armónico”, la estimulación de potencialidades individuales, grupales y colectivas, empujando a través del aprendizaje y la educación formal al desarrollo más allá de los límites pre-establecidos por la biología, la genética o las estructuras mentales pre-existentes (Orellana, 2016).

El “adultocentrismo”, ligado a la tradición naturalista, observa al adolescente con cierta sospecha y lo percibe permanentemente en falta-tensión, restándole protagonismo a sus inquietudes, deseos, planteamientos o cuestionamientos. Desde una posición aparentemente más madura, producto del crecimiento y experiencia de vida individual, grupal y social, adopta una actitud protectora, sobreprotectora e incluso abusiva con los y las adolescentes, restándole valor a su “voz” e incluso negando su propia co-participación en la configuración de identidad de los y las jóvenes “a su cargo” (Duarte, 2012, 2015; Vergara-del Solar et al., 2016).

Se considera que, más allá de un mero intercambio comunicativo, crucial en sí mismo, las RSD desafían y condicionan la posibilidad de expresión de la mismidad, generatividad y despliegue identitario de los y las jóvenes a la vez que los/as determinan subjetivamente y cuestionan la matriz adultocéntrica naturalizada que les daría origen. Este supuesto de trabajo da origen a los siguientes objetivos que guían el estudio:

(1) Describir las motivaciones de un grupo de jóvenes para interactuar a través de las RSD, reconociendo su valoración.

(2) Identificar las categorías de mensajes que publican este grupo de jóvenes en las RSD re-construyendo las implicancias identitarias del bloqueo de amigos/as y conocidos/as.

(3) Revalorizar el uso interactivo de las RSD en jóvenes como crítica identitaria orientada a la matriz adultocéntrica.

 

Identidad adolescente y adultocentrismo

La configuración de la identidad adolescente suele oponerse al adultocentrismo desde una vertiente crítica (Duarte-Quapper, Aniñir-Manriquez y Garcés-Sotomayor, 2016). Los efectos de discriminación sobre la identidad de los colectivos suelen tener implicancias imperceptibles y, al mismo tiempo, determinantes.Algunos de los discursos adultos para referirse a los colectivos juveniles los sitúa en falta ya que los jóvenes son el futuro del mundo, situándolos en algo que aún no llega, donde el presente de las y los jóvenes pareciera no existir, es decir, que en la actualidad no hacen nada por el mundo, o bien se verbaliza: cuando se integren a la sociedad, lo que implica que representan un grupo de desintegrados, y lo más común es escuchar: cuando asuman responsabilidades de adultos, es decir, constituyen un grupo de irresponsables o sus responsabilidades de jóvenes de hoy carecen de relevancia en comparación con las de los adultos (Duarte 2012, 2015, 2018).

Lo paradójico del asunto es que en este entramado discursivo, por y para él y en oposición a él, se va configurando la identidad del y la joven en un permanente “adolecer” que invalida sus requerimientos, inquietudes, voces y caras y, al mismo tiempo, sondea y revisita posibilidades de reafirmación que se han venido gestando desde la infancia temprana con su respectivo protagonismo (Vergara et al., 2015).

La configuración identitaria, categoría originalmente de naturaleza más estructural que dinámica, reviste nuevas alternativas de comprensión a la luz de la noción de sí mismo o self dialógico (Freire y Branco, 2016; Hermans y Gieser, 2012). Esta propuesta plantea distintas dimensiones del self que precipitan de un modo flexible, plural y polifónico en una determinada identidad en permanente re-configuración y construcción. En ella, las categorías alteridad e intersubjetividad resultan cruciales (Wells, 2001).

El alter u otro favorecen un intercambio desde la extrañeza, la lejanía y ausencia de familiaridad que desafía al self a resolver mediante la tensión dialógica diferencias, desavenencias y/o desarmonías. Esta resolución deriva en posiciones sociales y posicionamientos subjetivos que marcan gestos identitarios de relevancia. Se le asocia a intercambios extra e intramentales en confrontación, debate, oposición y establecimiento de diferencias discursivas y de facto.

La intersubjetividad (inter), por el contrario, apela al espacio común, a la cercanía en el encuentro, a la instalación de consensos y acuerdos que proveen de “amabilidad” y familiaridad al espacio co-construido de carácter dialogal (Hermans, 2001, 2004, 2011; Andreucci y Tartakowsky, 2016). Se le asocia a resolución de disonancias, equilibración cognitiva, intercambios extra e intermentales en permanente negociación, acomodación, adaptación y paulatina obtención o despliegue de perspectivas compartidas.

Ambas categorías psicosociales permiten comprender el encuentro/desencuentro del joven con los otros, pares y adultos, en formatos presenciales, semi-presenciales y virtuales como lo son las RSD.

 

Redes sociales digitales (RSD) y jóvenes

La utilización que realizan los y las jóvenes de las RSD es múltiple. Ello ha impulsado una corriente de investigación diversificada estos últimos años. El acceso a las RSD implica, además de contar con los dispositivos electrónicos y las conexiones pertinentes, aprender a comunicarse, mostrarse, informar, debatir y reafirmar posiciones a través de ellas. La investigación reciente plantea distintos ámbitos de su uso, destacando, entre otras: “descripción y cuantificación del uso; actividades y tipos de uso; percepción y actitudes influyentes en el uso; red social de contactos; necesidades y motivos de uso; gestión del perfil y privacidad; procesos sociales; procesos identitarios; y procesos cognitivos-emocionales” (Pertegal-Vega, Oliva-Delgado y Rodríguez-Meirinhos, 2019, p.81).

Los procesos sociales relacionados con la utilización de RSD han sido uno de los tres temas más investigados, aunque en menor número e impacto que tópicos que cuantifican el uso y las actividades vinculadas a dicho uso. Algunos estudios profundizan en la dimensión identitaria desde una perspectiva socio-cultural, relevando las vertientes motivacionales sociales y psicológicas en el uso de las RSD y su aporte al desarrollo de capital social por vías formativas, participativas y relacionales (Beyens, Frison y Eggermont, 2016; Colás-Bravo, González-Ramírez y Pablos-Pons, 2013).

Los asuntos que han sido protagonistas en los estudios de carácter psicosocial están conectados al “apoyo percibido online, el sentido de conexión social virtual, la calidad y satisfacción con las relaciones online y el logro del impacto y popularidad online” (Pertegal-Vega, Oliva-Delgado y Rodríguez-Meirinhos, 2019, p.88). Los procesos identitarios se han abordado desde el grado de autorrevelación online, en el sentido de las estrategias de presentación de uno mismo en redes y los procesos de tipo cognitivo-emocional asociados al bienestar subjetivo y social del grupo de pertenencia-referencia.

Una laguna que intenta llenar este estudio consiste en replantearse el desafío de vincular las motivaciones de los y las jóvenes, al utilizar RSD, con los procesos socio-relacionales constitutivos de su identidad desde una perspectiva que, recogiendo el contenido del discurso, discute dialógicamente el proceso de re-configuración permanente del sí mismo. Siguiendo a Hermans (2001, p. 268): “Los medios en particular son «maquinarias de significado»: permiten que la gente se comunique sin estar en presencia de otro”. Ello plantea oportunidades interesantes, especialmente para la reconfiguración identitaria de los y las jóvenes, ya que multiplica los procesos de externalización e internalización cultural posibilitando un despliegue múltiple y flexible, haciendo emerger subjetividades desde el entramado alter-inter.

La investigación se planteó este desafío, preguntándose cómo se produce esta reconfiguración identitaria desde un estudio cualitativo de casos con participantes jóvenes elegidos de forma intencionada, los que fueron entrevistados por asistentes de investigación jóvenes de características etarias similares, entrenados para aplicar los guiones temáticos previamente validados. En este encuentro se favorece la puesta en juego de diversas facetas de la mismidad juvenil, las que se sistematizaron con el apoyo de la teoría fundamentada y la orientación de los objetivos propuestos en el presente estudio.

 

Método

En este estudio cualitativo de casos se pretendió otorgar voz a las y los jóvenes para conocer, describir y comprender sus formas de comunicación e interacción social y su discurso respecto de los adultos y las redes sociales digitales. Se constata que hay acotado conocimiento al respecto, por lo que se trabajó bajo la metodología de la Teoría Fundamentada (TF) constructivista (Charmaz, 2020), la que permitió ir en busca de teoría, entendiendo el contexto situacional de los actores sociales (Bonilla y López, 2016; Chun, Birks y Francis, 2019). La TF resultó idónea para respetar el vínculo epistemológico que surge entre participantes y quienes observan, lo que enriqueció aún más la comprensión del relato de la vivencia de las y los jóvenes (Charmaz, 2020).

Para favorecer la simetría en el poder social (Gibert, 2019), la recolección fue realizada por dos colaboradoras entrenadas de 23 y 25 años de edad (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018). Participaron diez jóvenes (ver tabla 1) seleccionados según muestreo intencionado y criterios de inclusión: nacionalidad chilena, de comunas del sector sur poniente de la capital, sin distinción de nivel académico, socio económico, condición laboral o estado civil. Con acceso y uso a internet y a dispositivos tecnológicos como celulares u ordenadores y usuario de al menos una RSD.

 

Tabla 1

Caracterización de las y los jóvenes participantes

Iniciales

Sexo

Edad

Comuna

Ocupación

CR

Femenino

18

La Florida

Estudiante 1er año Psicología

CC

Femenino

19

La Florida

Estudiante 1er año Pedagogía en Artes

BK

Masculino

19

Huechuraba

Estudiante 1er año en Agricultura

JG

Masculino

19

La Florida

Estudiante 1er año Ingeniería

GS

Masculino

19

Puente Alto

Técnico de Cocina

JV

Femenino

18

Puente Alto

Estudiante 1er año Asistente Social

JM

Masculino

19

Pudahuel

Mueblista

IH

Masculino

18

Maipú

Egresado Enseñanza Media

LR

Masculino

18

Huechuraba

Egresado Enseñanza Media

DC

Masculino

18

Maipú

Egresado Enseñanza Media

Se accedió a sus relatos mediante entrevista en profundidad individual semi estructurada, sustentada en un guion temático, con una pregunta abierta clave inicial: “Si tuvieses que explicarle a un adulto qué son las RSD, ¿qué le dirías?”.

El guion fue validado por expertos y se realizaron dos pruebas piloto con el propósito de ajustar preguntas y entrenar a las asistentes de investigación en las alternativas posibles de acceso a la información desde sus respectivos lenguajes juveniles.

La credibilidad interna de los datos se garantizó vía saturación teórica y triangulación por investigadoras (Saunders et al., 2018; Noble y Heale, 2019).

Se aseguró el uso del consentimiento informado y, además, el grupo de participantes fue informado de modo verbal y explicativo de los alcances de este estudio (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018). Se observó estrictamente la confidencialidad y resguardo de la identidad.

El proceso fue flexible, sistemático (Bonilla y López, 2016; Charmaz & Belgrave, 2015; Charmaz, 2016), en una lógica inductiva, de comparación y relación de datos, en constante iteración (Charmaz, 2016). De la mano del análisis de contenido, la codificación de categorías a priori; (ver tabla 2), se condujo a códigos in vivo (Bonilla y López, 2016) y conceptos cada vez más abstractos, hasta el hallazgo de un concepto central emergente (Bonilla y López, 2016; Charmaz, 2016; De la Espriella y Gómez Restrepo, 2020; Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018).

 

Tabla 2

Dimensiones guion temático

Dimensiones

Descripción

Motivación (M)

Refiere a la actitud favorable que expresaron las/los jóvenes hacia las RSD

Mensaje (MJ)

Entendida como la transmisión de los mensajes, según forma y contenido

Valoración (V)

Se explica la relevancia que ellos asignan a las redes.

Bloqueo (B)

Señala las razones que evalúan las/los jóvenes para bloquear, eliminar o dejar de seguir a contactos y las consecuencias de ello.

 

Resultados

A continuación, se exhiben las categorías y hallazgos encontrados junto con algunas respuestas del grupo de participantes para facilitar la comprensión de estos. Se respetó el lenguaje coloquial de las y los jóvenes.

Ante la pre-codificación: Motivación, surgieron las siguientes categorías de codificación abierta (ver figura 2):

Respecto de la Visualización Social –entendida como un proceso de observación y comparación constante de las actualizaciones de las RSD–, enfocada en ver o percibir qué hacen los amigos, los grupos, los ídolos e informarse del acontecer social de forma sencilla y rápida, las personas entrevistadas afirman que ellas usan las redes sociales como medio para socializar. En sus palabras;

“(…) y en Instagram sigo a mis amigos también, como que les sigo el rastro, ya, él está bien, él está mal y si está bien o mal igual voy a conversar, pero igual si está triste voy a conversar un poco más”. (LR)

“Ninguna. Mmm que normalmente me meto a las redes si bien por entretenimiento y para saber qué están haciendo mis amigos o como están más que pertenecer”. (CR)

En lo referente a la Participación Social, concebida como el mantener presencia activa en las RSD, expresada en dar like´s, seguir perfiles de interés, a famosos, convocar, organizar y ampliar la red de contactos, entre otros, el grupo de participantes lo formuló de la siguiente manera;

“Yo creo que igual es harta, el hecho de que las redes sociales como que se hayan vuelto tan famosas entre los jóvenes como que lo ha vuelto una herramienta de todo tipo, entonces, por ejemplo, ya hay una marcha es como que esa es la forma de convocar muchas veces porque igual es como la que todos los jóvenes seguros la van a ver porque todos están conectados siempre por eso”. (CR)

“Eeeeeh, a mis amigos o cuando voy viajando doy me gusta, me gusta, gusta así, hubo un tiempo que le daba me gusta a todo, pero ahora como que estoy filtrando bien lo que me gusta y lo que no”. (JG)

“El tema de conocer poh, directamente a alguien, o sea estar como a la distancia y poder conversar, eso”. (JV)

Por su parte, la Notoriedad social, entendida como alcanzar una posición dentro de la red, ser conocido, famoso o constituirse en un referente, lo que incide en la cantidad de visualizaciones de sus publicaciones, los participantes lo expresan del siguiente modo:

“(…) pero Instagram no sé, de repente les gusta porque de verdad como que se creen famosos y suben como mil cosas al día, y entonces debe ser por eso, los likes y eso, como que puede ir por ahí” (CC).

Otro joven señala: “ah, pero con el mundo, si es que es impredecible, todas las personas reaccionarían de una manera diferente, algunos más que otros, alguna, porque depende algunos la ocupan para ser celebridad” (LR).

En relación a la categoría de Aprobación y pertenencia social, formulada como el interés y necesidad de reafirmación del autoconcepto, adopción de normas y conductas sociales asociadas al contexto, se puede observar con claridad en el siguiente relato de uno de los jóvenes:

“Sí, sí, ooh, tengo muchos seguidores (carcajadas), uno se siente mucho mejor, no sé si más importante, pero a lo mejor como más valorado. Si, yo creo que sí, ya se convirtió importante, porque igual es como la aprobación del otro, uno igual siempre busca como que la otra persona lo apruebe a que diga que no (risas), entonces, es como igual, no sé, si yo subo una foto y digo salgo súper linda, y no tiene ni un like´s, es como igual, hay me empiezo a cuestionar, mejor la borro (risas), igual tiene su importancia”. (CC)

Se desprende, asimismo, la categoría de Validación social, concebida como la necesidad de ser aceptado por el grupo social, de ser reconocido respecto de su perfil, imagen, descripción y publicaciones. Un joven manifestó:

“Umm (silencio), ver si la foto es tan buena como yo lo pensaba, porque si tiene, o sea, siguiendo el tema de los like´s, si tiene por ejemplo muchos like´s es porque la foto era tan buena como yo pensaba y por eso la subí, pero, cuando de repente no tiene ni un like´s es como mmm, creo que la foto no era tan buena como yo pensaba (risas). Síi (risas) y como que uno así borra la foto, no era buena, no merecía estar aquí (risas)”. (CR)

A partir de la pre-codificación Mensaje, surgen las familias contenido y formato, con sus respectivas categorías:

En contenido, los mensajes se envían por su relevancia, establecida según emisor y destinatario, con connotación emocional y respetando normas digitales tales como la publicación de temáticas referidas a sus actividades recreativas, mantener resguardo de la privacidad, reservarse la opinión y contenidos dañinos. A este respecto, los jóvenes señalan;

“Yo tiendo a publicar, pero es lo debido, porque sé que hay varias personas que… no voy a mostrar algo que puede comprometer a mi familia, por ejemplo, cuando nació mi hermano menor, la única foto que subí fue hace un mes, una foto de su mano agarrándome el dedo, ninguna foto, así como de su cuerpo, de su cara no, de su mano agarrándome a mí el dedo.

No llego y tiro cualquier cosa a las redes sociales, porque se puede malinterpretar o que tiene otro fin”. (JG)

“A ver, ¿qué expreso? Cuando hay noticias fuertes, por ejemplo, no sé, maltrato animal o a cierta mujer o hombre o niñitos… que pasó esto y no se hizo justicia, cosas así más que nada y también cosas entretenidas como recetas… comento recetas, eh eh, cosas de moda, de todo un poco, pero sobre todo que empiezo a compartir cuando quiero masificar alguna noticia importante ahí también”. (JV)

En lo referente al formato, se constata el uso de múltiples formatos. La mayoría visuales; fotos, historias, video, emoji´s, gigi´s, gif, boomerang y memes. Son divertidos, rápidos, sencillos y prácticos: “yo, comparto memes, emoticones, gif´ss, es súper entrete igual porque da una respuesta más que nada más expresiva.” (LR).

Otro joven señala

“Sí, porque queremos todo así. Si igual me di cuenta de eso el año pasado, igual me daban de todo, pero no de consentido, pero de una forma de expresar cariño de la mamá, y me puse a trabajar y como que me di cuenta ¡para loco! ni todo es así, y como que me comparé con otros jóvenes, y ahora tenemos todo tan fácil, todo así servido, los mismo profes ahora nos decían: antes estudiábamos en una sala y nos cagábamos de frío bla, bla y en cuanto a las RSD ahora ustedes pueden meterse a Youtube”. (BK)

En tanto, la pre-codificación valoración de las RSD exhibe las familias: irremplazable y limitaciones.

La categoría irremplazable señala propiedades exclusivas de las RSD: gestión del perfil digital, facilitar la comunicación, apoyo social online, funcionalidad, inmediatez para contactar y transmitir el mensaje y validación de la reputación digital. En relación a esta categoría, el grupo de jóvenes señala:

“Pensar que estamos más conectados porque ya de por sí están hablando, no sé poh yo te estoy hablando a ti, pero si estuviera con el teléfono también estaría hablando a la vez con mi polola, y esa cuestión como de estar acá, pero y a la vez estar allá, es como lo máximo para la mayoría, es como estar en dos, hasta tres, cuatro, y puedes conversar con mucha gente a la vez”. (BK)

“La comunicación más que nada. Eso es lo que importa, solamente la comunicación. (GS)

Son útiles y a la vez no son tan útiles, porque de repente ya, una persona… eeeh… tiene un pariente desaparecido y hace un masivo en RSD para que la gente pueda ayudarlo a buscar y eso sirve”. (CR)

En limitaciones, las personas entrevistadas reconocen como claves la exposición a riesgos, carencias comunicacionales propio de lo virtual (presencia física y lenguaje no verbal) y enfatizan las diferencias entre lo virtual y lo presencial, cuestionando la calidad de las relaciones sociales online y la imagen virtual de las personas. En sus propias palabras:

“Sí, sí, mucho, mucho, de hecho, yo creo que no es lo mismo hablar con una persona por WhatsApp que en persona, porque de repente hasta son distintos hablando como que de repente hablan súper bacán por WhatsApp y luego uno los conoce y son como umm, no es la persona que yo conocí. Entonces es como que influye mucho, aparte que uno se puede esconder detrás de las RSD, entonces, por ejemplo, yo puedo decir muchas cosas, por ejemplo, de mi físico y no son así”. (CR)

Por último, la pre-codificación bloqueo, habla de las siguientes categorías:

Bloqueo de contactos por indiferencia social: “no, porque si lo bloqueo es porque de verdad ya no me interesa esa persona (risas) no p’a qué, a parte que es muy indigno desbloquearlo, oye ya te desbloquee, si lo bloqueo por siempre, por siempre bloqueado” (CR).

Malestar emocional, al vivenciar emociones desagradables, luego de ser bloqueadas/os, por sus contactos cercanos y sin explicación alguna antes o después del bloqueo, “si es alguien cercano a mí, me sentiría mal, porque sería como oye no quiere hablar más conmigo” (CR).

En lo referente a la Autocrítica, el ser bloqueadas/os cuestiona su imagen, sienten vergüenza, arrepentimiento, rechazo, dudan sobre sus interacciones. Lo que los/as invita a realizar una autorreflexión sobre sus actividades, conductas e imagen: “no, igual es como penca, como que uno igual se pregunta, oye qué onda por qué me bloqueó y es como que empieza a repasar, mmm, quizás no debí comentar eso (carcajadas)” (CC).

En relaciones, el bloqueo se produce hacia familiares, ex parejas, amistades recién terminadas o no vigentes, relaciones laborales o académicas.

“En Instagram, eh eh, una vez bloquee a mi profe en verano porque no quería que viera mis historias que subía (risas), porque igual en verano subo más cosas, así como si salgo y eso, y no quería que mi profe estuviera viendo las cosas que yo hacía en el verano y en Instagram solo eso”. (CR)

“En WhatsApp bloquee a mi ex (risas) y en algún momento que… porque tengo este muro hace mucho tiempo”. (CR)

La categoría de Pensamiento disidente, implica distintos tipos de opinión que al no ser concordantes con las/los jóvenes no desean tener contacto con el otro, dando paso al bloqueo. En sus palabras:

“Lo bloquearía de la red social específica, no más, o sea si no me gusta lo que publica o lo que dice lo bloqueo de esa cuenta y si me lo encuentro en otra vería su actitud donde está conectado y si es la misma que en la otra también lo bloquearía”. (IH)

Finalmente, la categoría Experiencia emocional indica que el grupo de jóvenes bloquea a sus contactos según el estado emocional del momento.

“Yo cacho que cuando uno está enojado con alguna persona… una cosa así y alguna ex polola, algún ex pololo entonces uno ahí como que su maña así, su tipo minuto y uno le da la weá y uno hace de todo”. (GS)

Durante el análisis de los resultados, emergió la categoría Adultos junto con tres sub-categorías adicionales: Visión Positiva, Visión Crítica y Nociones de RSD (ver figura 1).

 

Figura 1

Mapa Conceptual, Categoría Emergente

Mapa Conceptual, Categoría Emergente 

La subcategoría d Visión positiva implica la percepción que tiene el grupo de jóvenes de los adultos y sus interacciones en las RSD. Notan que existen adultos que son usuarios participativos de las RSD y los han incorporado en sus vidas e, incluso, les sacan provecho para potenciar sus trabajos. En su propia experiencia;

“A ver, mi mamá tiene Facebook y Twitter, mi papá tiene Facebook e Instagram, sí, mi papá tiene página por su trabajo, que es gasfíter, entonces él ahí se contacta con la gente y la gente le comenta como ha llevado a cabo el trabajo, lo que ha hecho en las casas, entonces a él le ha servido harto”. (JV)

“Mi papá es fanático de Twitter. Yo creo que no lo ven de mala manera. Mis abuelos ahora están súper tecnológicos. Les cuesta escribir, pero están en contacto conmigo”. (DC)

Pero también plantean una Visión crítica sobre ellos. Dado que no se estarían adaptando a las RSD, no las entienden, les disgustan, tienen una opinión negativa extrema, no comprenden las normas sociales de las redes y las usan para controlar a sus hijas/os o para reemplazar la interacción presencial con ellas/os. En este sentido, formulan:

“Es que hay adultos que son más adictos a las RSD que los jóvenes (risas), pero hay otros que son súper negados así como que o porque no les gusta la tecnología porque no nacieron en una era tecnológica, así como que no lo entienden o simplemente porque desconfían mucho, como que dicen no, han pasado muchas cosas malas en las RSD, pedófilos, etc. pero yo creo que eso dependiendo o quizás les da miedo, quizás les gusta mucho o no les gusta simplemente no les importa”. (CR)

“No sé, bueno, he escuchado y visto casos donde los papás psicopatean a los hijos con las RSD y los mantienen a raya pa´ que los cabros no se detonen así, no se vuelvan locos”. (LR)

En la subcategoría nociones de las RSD, el grupo de jóvenes entrega y enseña pautas de interacción a los adultos, a fin de que comprendan los beneficios que estas tienen.

“Pucha… le diría que es una herramienta útil, pero no sé poh, te pongo como ejemplo a mi papá enseñándole a usar Instagram, no sabe usarla, sólo WhatsApp, mucho.

Le diría mira este es Instagram, se ocupa para ver fotos, igual eso es lo entretenido le puede dar a elegir el enfoque que le das a tu Instagram, porque puede ser una cuenta para promocionar vender artículos, para promocionar tu ropa, tu perfil propio eeh, yo creo que le diría que es como una forma de comunicarse, de encontrarse con otras personas y eeh, y que no sé, que igual es una herramienta como de diversión como, ay, es que no sé si es un hobbies (risas), pero igual es como para encontrarse con amigos y divertirse o encontrarse con cualquier otra persona que quieran conocer hasta encontrar eventos, etc. (risas), yo siempre busco eventos en redes sociales (risas), entonces yo creo que eso, una herramienta pa’ divertirse y encontrar gente”. (BK)

“A la sociedad completa, sobre todo a los adultos porque como igual está saliendo más tecnología ellos se tienen que acomodar y entender que no va a ser siempre algo peligroso, o sea, el peligro va a estar, solo si uno sabe dónde se está metiendo, pero más que nada es ver lo positivo, uno puede hacer un cambio, encontrar gente de tu misma edad, generar algo más, algo importante, crear algo importante también y nada eso”. (JV)

En la última parte del análisis, la codificación axial permitió develar categorías más abstractas, ofreciendo una mejor comprensión de la interacción que se gesta entre el grupo de jóvenes y las RSD (ver figura 2). En este sentido, la Validación de Identidad se expresa como un incentivo normalizado para aprovechar las RSD, dadas sus propiedades, y así explorar y clarificar la propia identidad. Se aproximan a esta validación mediante la transmisión de mensajes, los que tienen sus propias características, constituyéndose las RSD un instrumento y aliado poderoso para este cometido. Están conscientes, a su vez, de que su uso conlleva consecuencias que pueden resultar desagradables, pero también es posible aprender de ello.

Por último, la codificación selectiva precisó que las RSD ofrecen una instancia virtual facilitadora del proceso exploratorio y de (re)validación de sus identidades. Mediante estas consiguen buscar, participar, pertenecer, identificarse y luego retirarse de distintos grupos sociales de modo aparentemente inocuo. Pueden experimentar con la creación y gestión de distintos perfiles, desafiliarse digitalmente de sus familias, descubrir y desarrollar intereses, manifestando pensamientos e ideas como sujetos sociales globales, logrando una fina alternancia entre alteridad, en tanto la extrañeza del otro, e intersubjetividad, en tanto cercanía y familiaridad, con vías a una permanente reconfiguración de su identidad.

  

Figura 2

Cuadro resumen proceso de análisis y codificación

Cuadro resumen proceso de análisis y codificación 


Discusión

Según los resultados obtenidos fue posible responder a la pregunta de investigación positiva y constructivamente soportando el supuesto que plantea que la reconfiguración identitaria de los y las jóvenes se multiplica por los procesos de externalización e internalización comunicacional posibilitando la subjetivación desde el entramado alteridad e intersubjetividad.

Conocer el relato de las y los jóvenes sobre las RSD en tensión con la opinión eventualmente negativa sobre las redes de la matriz adultocéntrica, en la perspectiva de la alteridad, devela un cambio de paradigma. Las y los jóvenes revelan con protagonismo un nuevo entorno social que los co-determina, que se mueve en lo virtual, un mundo digital fértil en potencialmente infinitos contextos (Arab y Díaz, 2015; Hermans, 2004).

En esta era es posible construir sociedades virtuales paralelas a la realidad física, con presencia simultánea entre lo virtual y lo físico (Beyens, Frison y Eggermont, 2016), con sus propias regulaciones, en las que la edad y estatus social no son relevantes ni predictores de éxito o fracaso. La sociedad virtual a la que se adscriben (García y Fernández, 2017) ofrece un atractivo entorno no solo por diversión y para comunicarse, sino que principalmente para realizar un proceso espontáneo y subjetivo propio de las personas, de satisfacer la necesidad de ser aceptados y apreciados, buscando ser vistos en el reflejo del otro, en el encuentro intersubjetivo con el alter (Amador, 2010).

Reconfigurando identidad, desligados de la pertenencia familiar y de la opresión de las y los adultos, dado que en lo virtual todos y todas se perciben como iguales (Pérez-Torres, Pastor-Ruiz y Abarrou-Ben-Boubaker, 2018; Del Prete y Redon, 2020; García, Fernández y Porto, 2017; González y López, 2018).

Desde diferentes estrategias y posicionamientos, activos o pasivos en las redes (Gerson, Plagnol y Corr, 2017; Hermans, 2004), el grupo de jóvenes entrevistado exhibe sus cualidades, actividades, pasatiempos, descubren intereses, encuentran referentes de identidad, participan e integran grupos. Configuran para cada entorno virtual diferentes perfiles digitales, en el que se muestran en distintos roles (Yarosh et. al, 2016; Linne y Angilletta, 2016).

Mientras van midiendo su popularidad y evaluando las respuestas que sus contactos de la red les remiten de acuerdo con las interacciones que han realizado, van con ello viviendo un proceso de experimentación, comparación, adecuación, gestión y validación de identidad (Del Prete y Redon, 2020). Las redes empoderan a las y los jóvenes, acceden a un mundo digital sin límites que les ayuda a elegir su vocación, identidad de género, pertenencia y posicionamiento sociales (Hermans, 2004; Yarosh et al., 2016). Sin embargo, es necesario mencionar que JM, participante de esta investigación, solo utiliza las RSD con fines comerciales.

Pese a las creencias de los adultos, las relaciones personales de las y los jóvenes están en las RSD. Se conectan, buscan, hacen nuevos amigos y parejas, encuentran apoyo, rompen con las barreras tradicionales del espacio, tiempo e idioma. Adquieren un sello digital, vinculados desde los intereses y afinidades, gestando genuinas relaciones emocionales

Sus mensajes se adecuan a sus exigencias respecto de forma y contenido. Potencian el uso de símbolos (emojis) o imágenes (foto, video, gif, meme) para enriquecer un mensaje de texto como un recurso universal, simple de usar, comprender y enviar, facilitando la comunicación. Lo que les permite representar e interpretar su realidad de forma inmediata, práctica y bajo el estilo de las RSD.

En general, señalan que no bloquean, pero cuando lo realizan, aluden al autocuidado respecto de desconocidos, protegiéndose de una alteridad potencialmente dañina. El factor instantáneo de las RSD, no obstante, les permite establecer amistades digitales, seguir y luego dejar de seguir a contactos, con total autonomía y sin mediar explicaciones.

El adultocentrismo, de extrema alteridad por excelencia, plantea la existencia de categorías sociales jerarquizadas situando a los adultos como la categoría dominante por sobre las juventudes, vistas como categoría social inferior, pierde fuerza en el vigente y popular mundo virtual de las RSD. Pero el adulto no puede ejercer poder sobre las y los jóvenes, porque ellas/os son líderes y precursores de la era digital, tienen mucho que decir y enseñar, gozan de un conocimiento intrínseco, aunque no naturalizado y en permanente co-construcción intersubjetiva. Descubren y sientan bases hacia nuevas formas de identificación, de relacionarse, de ser sociedad y de interacción en realidades paralelas. No son ni se sienten una categoría social inferior.

Observan al adulto desde posturas críticas y favorables. Reconocen que parte de esta categoría social se está adaptando de forma adecuada y en distintos niveles al uso de las tecnologías y redes sociales. Respetan que hay quienes se limitan solo al uso del correo electrónico y a mensajear por whatsapp, pero otros son usuarios activos en las redes, suben fotos con regularidad, tienen contactos y seguidores participativos, promueven sus trabajos e interactúan con sus clientes. Pero, por otra parte, señalan que la gran mayoría de las y los adultos no incorpora las redes sociales digitales en sus vidas, por bajo interés, ignorancia digital y/o miedo a lo desconocido. Comprenden que las y los adultos no saben cómo ni para qué usar las redes, desconociendo los múltiples beneficios a los que pueden acceder. Para ellos, en su opinión, la era digital no es natural y, por lo mismo, rompería con los paradigmas propios de su contexto socio-histórico.

 

Conclusiones

Retomando los objetivos del estudio es posible concluir que las motivaciones de este grupo de jóvenes para interactuar a través de las RSD se vinculan a visualización y participación sociales, buscando notoriedad, aprobación y pertenecía de su grupo de pares y entorno relevante. La orientación hacia la validación social interroga al otro, en tanto alteridad, pretendiendo encuentros intersubjetivos de mayor calidad y extensión de cuyo entramado emergen posicionamientos subjetivos múltiples (Andreucci y Tartakowsky, 2016; Hermans, 2011).

El segundo objetivo profundiza en la dimensión identitaria de los y las jóvenes (Beyens, Frison y Eggermont, 2016) al identificar el tipo de mensajes y su formato que publica este grupo de jóvenes reconstruyendo sus implicancias. Se generan y respetan normas digitales y se releva la connotación emocional del mensaje orientándose al destinatario (Pertegal-Vega, Oliva-Delgado y Rodríguez-Meirinhos, 2019). Asimismo, el bloqueo de contactos se vincula a indiferencia social, malestar emocional y autocrítica.

En la categoría relaciones emergió el adultocentrismo con fuerza, respondiendo al tercer objetivo de este estudio, especialmente en el bloqueo hacia familiares y adultos significativos, desplegándose el pensamiento disidente y asumiendo protagonismo digital (Duarte, 2015; Halpern et al., 2016). Se asocia a la experiencia emocional inmediata, la que dependiendo si prima una visión negativa-crítica o positiva del adulto se propugna su bloqueo o se invita a su comprensión y activa participación, aportando distinciones relevantes en este último aspecto.

En síntesis, se ha intentado disipar la interrogante de vinculación motivacional del uso de RSD, por parte de este grupo de jóvenes, mujeres y hombres, representantes de capas medias de la sociedad chilena, y sus implicancias socio-emocionales y cognitivas, recogiendo en el contenido de su discurso atisbos sobre el proceso de reconfiguración identitaria desde la perspectiva del self dialógico (Silva y Martínez-Guzmán, 2017). Queda por resolver en futuros estudios la distinción en el uso de RSD desde posiciones sociales divergentes que se entrelazan con el ciclo vital y sus respectivos sistemas dinamizantes (Bronfrenbrenner, 2005; Orellana, 2016), más allá de su procedencia socio-cultural (ej.: estudiante vs. trabajador).

En cuanto a las limitaciones de la investigación, se debe hacer referencia a la constitución del grupo de estudio que impidió integrar la visión completa de los/as jóvenes sobre las RSD. Lo anterior debido a que la mayoría son estudiantes que asignan un uso recreativo a las RSD, no pudiendo llegar a conocer la visión en profundidad de aquellos/as jóvenes que las utilizan con fines laborales y, más aún, la de aquellos/as con una potente inclinación a los movimientos sociales que valoran las RSD como una herramienta eficaz para incidir en los cambios de paradigmas sociopolíticos y socioculturales.

Respecto de las fortalezas, destaca el trabajo con colaboradores/as pares como entrevistadores/as, lo que permitió construir la mirada de un/a joven sin sesgos etarios siendo protagonista de la era digital; que tiene opinión y sólidos argumentos sobre las RSD. Planteamientos que han sido evidentes y se reafirman bajo circunstancias de pandemia por Covid19, en las que las RSD y el mundo digital han sido un macizo aliado para las comunicaciones, las actividades laborales y los vínculos sociales.

Finalmente, esta investigación construye a un joven que, sin combatir ni negar, ni buscar posicionarse por sobre el adulto, lo rescata, lo incentiva e invita a participar en esta nueva forma de hacer y estar en sociedad digital, posicionando a lo que podríamos llamar un juvencentrismo inclusivo en igualdad de poder y condiciones que el adultocentrismo, tensionando sus límites.

 

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1 Psicóloga, Universidad de Chile. Doctora en Psicología y Ciencias de la Educación, Pontificia Universidad Católica de Chile. Magíster en Psicología y Ciencias de la Educación, Directora Instituto de Investigación y Postgrado de la Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Central de Chile, Santiago – SR Coquimbo, Chile. Investigadora Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile. Correo electrónico: paolaandreucci@yahoo.cl; paola.andreucci@ucentral.cl. ORCID: 000-0002-4438-0119. Índice H5: 7.

2 Psicóloga, Universidad de Las Américas. Licenciada en Psicología, Académica Escuela de Psicología, Universidad de Las Américas, Providencia, Chile.  Correo electrónico: shenhui@ikintsugi.cl. ORCID: 0000-0002-9268-1282. Índice H5: 1.

3 Psicóloga, Universidad de Las Américas. Licenciada en Psicología, Académica Escuela de Psicología, Universidad de Las Américas, Providencia, Chile. Correo electrónico: beatriz_urb@hotmail.com. ORCID: 0000-0002 -5092-7870. Índice H5: 1.