Relación entre la Inteligencia sexual, infidelidad, bienestar psicológico e impulsividad sexual en una muestra de Campeche, México

Relationship between sexual intelligence, infidelity, psychological well-being and sexual impulsivity in a sample from Campeche, Mexico

 

Recepción: 22 de marzo de 2022 / Aceptación: 30 de junio de 2022

 

Sinuhé Estrada-Carmona1

Gabriela Isabel Pérez-Aranda2

Eric Alejandro Catzín-López3

 

DOI: https://doi.org/10.54255/lim.vol11.num21.619

 

Resumen

El estudio tuvo como finalidad analizar la relación entre el bienestar psicológico, la infidelidad, la inteligencia sexual y la impulsividad sexual, en una muestra del sureste de México. Se trató de un estudio ex post-facto, de enfoque cuantitativo, con un diseño no experimental y alcance correlacional. La muestra fue no probabilística, conformada por 1212 personas de las cuales 50% fueron mujeres y 50% hombres. Se utilizaron cuatro instrumentos de medición correspondientes a cada una de las variables a estudiar. El análisis estadístico realizado a través del programa SPSS arrojó resultados significativos en relación con la infidelidad y el deseo de infidelidad, ambos en el aspecto sexual y emocional. El bienestar psicológico se asocia con la impulsividad sexual y la inteligencia sexual. No se encontró relación entre el tiempo de relación de pareja y la infidelidad. El deseo de infidelidad sexual se relaciona con un mayor número de factores, tales como el ingreso mensual, la inteligencia sexual, el bienestar psicológico y la impulsividad sexual.

Palabras clave: infidelidad, bienestar psicológico, inteligencia sexual, impulsividad sexual

 

Abstract

The purpose of the study was to analyze the relationship between psychological well-being, infidelity, sexual intelligence and sexual impulsivity, in a sample from southeastern Mexico. It was an ex post-facto study, with a quantitative approach, with a non-experimental design and correlational scope. The sample was non-probabilistic, made up of 1212 people, of which 50% were women and 50% men. Four measuring instruments corresponding to each of the variables to be studied were used. The statistical analysis carried out through the SPSS program yielded significant results in relation to infidelity and the desire for infidelity, both in the sexual and emotional aspects. Psychological well-being is associated with sexual impulsivity and sexual intelligence. No relationship was found between the time of the couple’s relationship and infidelity. The desire for sexual infidelity is related to a greater number of factors, such as monthly income, sexual intelligence, psychological well-being and sexual impulsivity.

Keywords: Infidelity, psychological well-being, sexual intelligence, sexual impulsivity

 

Introducción

Hoy día es cada vez más común que las relaciones de pareja, en especial el matrimonio, se disuelvan en un número considerable de casos por motivos relacionados con el rompimiento de las reglas implícitas y explícitas de exclusividad que la cultura y la sociedad imponen a las parejas, tales como relación sexoafectiva extra-pareja (comúnmente llamada poligamia). A esto se le conoce como infidelidad, al incumplimiento de un acuerdo de exclusividad sexoafectiva resultando en un evento muchas veces valorado como una “traición de la confianza” (García, 2022).

En México, en el año 2009 se registró un total de 558.913 matrimonios y, en ese mismo año, hubo en el país un total de 84.302 divorcios (INEGI, 2009); para el año 2019 la cifra de divorcios ascendió a 131.690 y, si bien para el año 2020 la cifra decreció en un 42%, esto suele asociarse al periodo de la pandemia por COVID-19 (INEGI, 2020). De igual manera, esta misma institución posiciona al Estado de Campeche como uno de los estados de la república con mayor tasa de divorcios por cada 10.000 habitantes de 18 años o más. Algunas de las causas de divorcio más frecuentes son la infidelidad, los factores económicos, la falta de comunicación o de deseo sexual o el sentimiento de soledad ante la falta de comprensión de la pareja.

El concepto infidelidad, así como los motivos que llevan a ella, han sido construidos por cada cultura y se han mantenido de generación en generación, puesto que la infidelidad es resultante de una serie de regulaciones que cada cultura ha ido creando y transformando a lo largo del tiempo (Hunt, 1959). La infidelidad es considerada una problemática de carácter social porque en sí misma va en contra de los ideales y las normas que muchos grupos sociales han establecido (aunque de manera implícita); así mismo, se cree que infringe contra la calidad de vida de las personas que se ven inmersas en esta situación, ya sea en una o en todas las partes, así como la integridad y la salud mental de los involucrados.

Ahora bien, la salud mental puede entenderse como un estado de bienestar tanto físico como psicológico, en el que un individuo es consciente de sus propias aptitudes y capacidades y puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar de manera productiva y es capaz de hacer contribuciones a su comunidad (Moreno y Moriana, 2012). Dentro de las necesidades básicas del ser humano se encuentra precisamente esta salud mental, es por ello por lo que gobiernos, comunidades, familias y personas se preocupan por siempre conservar y mantener niveles óptimos o “saludables” (Sandoval y Ruchard, 2007). Es así como el bienestar psicológico se convierte en un factor determinante en muchos contextos de la vida de cada persona como el ambiente familiar, emocional, social y físico, al influir directamente en la salud mental.

Según datos de la oficina de INCyTU (Información Científica y Tecnológica para el congreso de la Unión) (2018), a nivel mundial entre 400 y 500 millones de personas presentaron algún trastorno mental en el año 2016, mientras que en México el 17% de la población presenta por lo menos un trastorno mental y una de cada cuatro personas lo padecerá al menos una vez en su vida. Así mismo, en nuestro país, las cifras muestran que, en 2015, más de 4.9 millones de personas vivían con depresión, esto representa el 4.2% de la población nacional (OMS, 2017).

Para el desarrollo del bienestar, al que todo ser humano aspira, se requiere conocer, diferenciar y elegir entre las tendencias profundas de la vida, diferenciar los afectos placenteros y displacenteros y, luego, analizar cuidadosamente las circunstancias para hacer una elección responsable (Garduño, Salinas y Rojas, 2005). El bienestar psicológico es un concepto muy estudiado dentro del ámbito de la psicología. Este abarca dimensiones subjetivas, sociales y psicológicas, así como comportamientos relativos a la salud que ayudan a las personas a vivir en armonía (García-Vinegras, 2005).

Por otra parte, la sexualidad es un aspecto que acompaña al ser humanos a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales (Velázquez, 2013). En el marco de esta variable, la impulsividad sexual hace referencia al aumento excesivo del impulso sexual a un nivel que cause malestar significativo en las diversas áreas en las que se desenvuelve el individuo, ya sea laboral, social, familiar o personal (Turnes, Bradford y Briken, 2014; Contreras, Carriles y Rama, 2015).

En el año 2002, Conrad y Milburn logran definir el término “inteligencia sexual” con el propósito de obtener un coeficiente sexual para así conocer hasta qué punto una persona está conforme con su vida sexual, comprendiendo aspectos como la capacidad de aprender a conocerse, desarrollar acuerdos, ser capaz de mantenerse informado y aprender más sobre la sexualidad, así como descubrir que la apertura y respeto hacia la otra persona mejora las relaciones sexuales. Al existir limitaciones para integrar a su vida y a la de la pareja estos aspectos mencionados, se corre el riesgo de vivir una situación de violencia, sea como agresor o como víctima, al igual pueden presentarse conductas que ocasionen la exposición a prácticas sexuales de riesgo.

Según Turnes, Schottle, Bradford y Briken (2014) se han utilizado términos diferentes, tales como adicción sexual, compulsividad sexual, preocupación sexual, conducta sexual fuera de control e hipersexualidad para describir este comportamiento que sigue siendo objeto de controversia. Sin embargo, existe una aparente concordancia a nivel de definición puesto que todos estos términos refieren un aumento excesivo del impulso sexual a un nivel que cause malestar significativo en las diversas áreas en las que se desenvuelve el individuo, ya sea laboral, social, familiar o personal.

De acuerdo con Romero (2007), el bienestar de las personas es el fin último de muchas actividades humanas y atraviesa diversas disciplinas académicas. El estudio de esta variable permite fructíferas colaboraciones entre investigadores y profesionistas de diversos ámbitos, como psicológicos, economistas, pedagogos, médicos, abogados, filósofos y politólogos. Además, es posible obtener un conocimiento más certero de la naturaleza humana en los casos de relación de pareja en donde uno o ambos miembros tienen una percepción social distinta de la infidelidad; el cómo se ve asociada a sus comportamientos y manifestaciones de amor podrá contribuir a la creación o adaptación de nuevos o mejores esquemas de apoyo psicológico para los individuos involucrados en tales situaciones.

De lo expuesto anteriormente se plantea la interrogante: ¿cómo se relacionan la inteligencia sexual, la impulsividad sexual y el bienestar psicológico? Enfatizando que la respuesta a esta pregunta ofrece información relevante al campo de la sexología en relación con la psicología en el contexto mexicano en donde, aunque con avances notorios en los últimos años, los temas relacionados a la sexualidad continúan siendo tabú incluso en el ámbito científico. La investigación pone sobre la mesa la relevancia del ámbito sexual en relación con el bienestar psicológico.

 

Método

Diseño

Se trata de un estudio ex post-facto, con un diseño no experimental en tanto que no se construyó o manipuló situación alguna, sino que se recolectaron datos de sucesos suscitados con anterioridad; de igual forma se trata de un estudio transversal, pues la medición se llevó a cabo en un momento en específico. Referente al alcance de la investigación, es correlacional debido al interés en determinar las relaciones entre las diversas variables estudiadas.

 

Participantes

Se utilizó un muestreo no probabilístico consecutivo, tipo de muestra que se fundamenta en reclutar casos de manera casual (Otzen y Manterola, 2017). La muestra está constituida por 1.212 personas que, al momento de la medición, se encontraban en una relación de pareja de al menos dos años de relación. Del total de la muestra, el 50% fueron hombres y 50% mujeres, en su mayoría con estudios de nivel básico y media superior (50.9%).

 

Instrumentos

En primera instancia, se utilizó una ficha de datos generales con la que se recolectaron datos acerca de género, edad, estado civil, ingresos económicos, entre otros.

Posteriormente, la medición de la variable Bienestar Psicológico fue a través de la Escala de Bienestar Psicológico, elaborada por Sánchez Cánovas (2007). Una escala con el objetivo de evaluar el bienestar psicológico en función de cuatro dimensiones: 1) Bienestar psicológico subjetivo, 2) Bienestar material, 3) Bienestar laboral, 4) Bienestar con la pareja. Este instrumento obtuvo un alfa de Cronbach de .806.

Respecto a la variable Impulsividad sexual, la medición se realizó a través de la Prueba de Compulsividad Sexual (Kalichman, 2001), prueba breve con el objetivo de evaluar pensamientos y comportamientos sexuales insistentes, intrusivos e incontrolados. Se obtuvo un alfa de Cronbach de .863.

Los aspectos relacionados con las conductas de infidelidad se midieron mediante el Inventario Multidimensional de Infidelidad (IMIN) desarrollado por Romero, Rivera y Díaz-Loving (2007), específicamente los factores relacionados con la Infidelidad Sexual y Emocional y con el Deseo de infidelidad sexual. EL instrumento obtuvo un alfa de Cronbach de 0.971.

Por último, la inteligencia sexual se midió por medio del Coeficiente de Inteligencia sexual (Millan y Álvarez-Gayou, 2002), este instrumento tiene como objetivo obtener mediciones respecto a la inteligencia y satisfacción sexual de las personas; la confiabilidad obtenida fue de .774.

 

Procedimiento

La recolección de datos se realizó de manera individual-presencial con quienes participaron en la muestra. La duración aproximada de la aplicación de los instrumentos fue de 30-40 minutos. Los resultados recolectados fueron procesados mediante el software SPSS en su versión 25; posteriormente, los datos fueron analizados mediante estadística descriptiva y la prueba de correlación de Pearson.

 

Consideraciones éticas

Todos los sujetos dieron su consentimiento informado para su inclusión antes de participar en el estudio. El estudio se realizó de acuerdo con la Declaración de Helsinki y el protocolo fue aprobado por el Departamento de Ética Comité de la Facultad de Humanidades y del Departamento de Posgrado e Investigación de la Universidad Autónoma de Campeche. Todos los procedimientos seguidos estuvieron de acuerdo con los estándares éticos del comité responsable de experimentación humana de la Universidad Autónoma de Campeche, México, el código nacional de ética para la investigación psicológica, la ley de salud nacional y local y la Declaración de Helsinki de 1975, revisada en 2000. Se obtuvo el consentimiento informado de todas las personas para ser incluidas en el estudio. Se obtuvo un consentimiento informado adicional de todas las personas para las que se incluye información de identificación en este artículo.

 

Resultados

El análisis de frecuencia de los niveles en los factores de Bienestar Psicológico e Impulsividad Sexual arrojó resultados respecto al Bienestar Psicológico General, el 45.3% de los participantes se ubicaron en el nivel Alto, siendo este el porcentaje más elevado entre todos los factores, seguido del Bienestar Psicológico Subjetivo que ubica al 42% de los participantes en el mismo nivel Alto. En el resto de los factores del Bienestar Psicológico, la población se distribuyó de manera relativamente equilibrada, aun cuando el porcentaje más alto se ubicó en la categoría Alto en todos los factores. Respecto a la Impulsividad Sexual, aunque la población se encontró equilibrada entre los niveles, la mayoría de la población (37.7%) se ubicó en el nivel Alto.

 

 

Tabla 1

Porcentaje de frecuencia de los niveles en los factores del Bienestar Psicológico y la Impulsividad Sexual

Nivel

Bienestar Psicológico Subjetivo

Bienestar Material

Bienestar Laboral

Bienestar de Pareja

Bienestar Psicológico General

Impulsividad Sexual

Bajo

28.08%

33%

33.5%

30.2%

23.1%

30.7%

Medio

29.2%

31.1%

29.7%

30.7%

31.6%

31.6%

Alto

42%

35.8%

36.8%

39.2%

45.3%

37.7%

Dentro de los datos arrojados por el análisis de frecuencia de los factores de la Infidelidad sexual, el 41.0% de los participantes no ha manifestado conductas de infidelidad sexual, a diferencia del 31.0% de los participantes que sí realizan conductas infieles frecuentemente, y tan solo el 20.0% lleva a cabo conductas infieles de forma esporádica. En términos generales, el 59.0% de quienes participaron reportaron infidelidad sexual.

 

Tabla 2

Categorías infidelidad sexual

 

Frecuencia

Porcentaje

Sin infidelidad sexual

497

41.0

Infidelidad sexual esporádica

338

28.0

Infidelidad emocional frecuente

377

31.0

Total

1212

100.0

En la frecuencia de las categorías de Infidelidad Emocional, 686 participantes que equivale al 56.6% de la muestra total se ubica dentro de la categoría Sin infidelidad emocional, el 30.2% con 366 participantes se ubica en Infidelidad emocional frecuente, el resto de los participantes (27.8%) se encuentran en la categoría Infidelidad emocional esporádica. El 43.4% de la muestra reportó infidelidad emocional.

 

Tabla 3

Categorías infidelidad emocional

 

Frecuencia

Porcentaje

Sin infidelidad emocional

686

56.6

Infidelidad emocional esporádica

160

13.2

Infidelidad emocional frecuente

366

30.2

Total

1212

100.0

Respecto al Deseo de Infidelidad Sexual, el 100% de los participantes se ubican dentro de la categoría Deseo de infidelidad sexual frecuente.

 

 

Tabla 4

Categoría Deseo de infidelidad sexual

 

Frecuencia

Porcentaje

Deseo de infidelidad sexual frecuente

1212

100.0

La categoría con mayor frecuencia de los factores de Deseo de Infidelidad Emocional es Deseo de infidelidad emocional frecuente, 463 participantes (38.2%) dentro de esta categoría, seguido de Deseo de infidelidad emocional esporádico con un porcentaje del 33.0 % y solo 349 participantes (28.8%) se ubica en la categoría Sin deseo de infidelidad emocional.

 

 

Tabla 5

Categoría Deseo de infidelidad emocional

 

Frecuencia

Porcentaje

Sin deseo de infidelidad emocional

349

28.8

Deseo de infidelidad emocional esporádico

400

33.0

Deseo de infidelidad emocional frecuente

463

38.2

Total

1212

100.0

En el análisis de frecuencia de niveles en los factores de la Inteligencia Sexual, se encontró que el 47.6% del total de participantes se ubica en el nivel Alto, el 30.2% pertenece al nivel Medio, ubicando al 22.2% de los participantes en el nivel Bajo.

 

Tabla 6

Categoría Inteligencia sexual

 

Frecuencia

Porcentaje

Bajo

269

22.2

Medio

366

30.2

Alto

577

47.6

Total

1212

100.0

 

Se realizó un análisis correlacional entre las variables Bienestar Psicológico, Impulsividad Sexual, Infidelidad e Inteligencia Sexual, junto con otros factores como el ingreso mensual, la religiosidad/espiritualidad, el deseo de infidelidad tanto emocional como sexual, el tiempo de la relación y la inteligencia sexual. Dentro de los resultados se encontró que la relación entre el tiempo que se está en una relación y el Bienestar de la pareja (BP) es significativa (p<0.05) negativa, por tanto, entre más tiempo se esté en una relación de pareja, menor será el BP y viceversa. Además, se ubicaron otras relaciones significativas negativas entre los factores del Ingreso Mensual (IM), el Deseo de Infidelidad Sexual (DIS) y el Deseo de Infidelidad Emocional (DIE), de manera que, a mayor IM, menor es el Deseo de Infidelidad tanto Sexual como Emocional. En el caso de la Inteligencia Sexual se encontró que existe una relación significativa negativa baja con el Deseo de Infidelidad Emocional, lo que refiere que a mayor DIE, menor Inteligencia Sexual.

La relación significativa más fuerte se dio entre el Deseo de Infidelidad Sexual y el Deseo de Infidelidad Emocional; a mayor DIS, mayor es el DIE. Se encontró que existe una relación significativa moderada positiva entre los factores de Infidelidad Sexual (IS), Infidelidad Emocional (IE) y el Deseo de Infidelidad Emocional, de tal modo que a mayor DIS, mayor IS, así como también aumenta la IE. La Impulsividad Sexual se relacionó de manera significativa positiva con el Bienestar psicológico, por tanto a mayor Impulsividad Sexual, mayor Bienestar psicológico. 

 

Tabla 7

Correlaciones con R de pearson de los factores analizados

 

IM

TM

R/E

INS

INE

DIS

DIE

IS

BP

BPS

IMS

1. IM

r

1

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

p

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2. TM

r

 

1

 

 

 

 

 

 

 

 

 

p

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3. R/E

r

 

 

1

 

 

 

 

 

 

 

 

p

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

4. INS

r

 

 

 

1

 

 

 

 

 

 

 

p

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

5. INE

r

 

 

.223*

.543*

1

 

 

 

 

 

 

p

 

 

.001

.000

 

 

 

 

 

 

 

6. DIS

r

-.155*

 

 

.463*

.282*

1

 

 

 

 

 

p

.024

 

 

.000

.000

 

 

 

 

 

 

7. DIE

r

-.168*

 

 

.521*

.453*

.711*

1

 

 

 

 

p

.014

 

 

.000

.000

.000

 

 

 

 

 

8. IS

r

 

 

.141*

 

 

-.184*

 

1

 

 

 

p

 

 

.041

 

 

.007

 

 

 

 

 

9. BP

r

 

-.181*

.218*

 

 

 

 

.311*

1

 

 

p

 

.008

.001

 

 

 

 

.000

 

 

 

10. BPS

r

 

 

 

 

 

-.173*

 

.373*

.379*

1

 

p

 

 

 

 

 

.012

 

.000

.000

 

 

11. IMS

 

 

 

 

 

 

.305*

.179*

-.223*

 

.135*

1

 

 

 

 

 

 

.000

.009

.001

 

.050

 

 

*. La correlación es significativa en el nivel 0,05 (bilateral).

r: Correlación r de Pearson

p: Significancia

1. Ingreso mensual (IM)

2. Tiempo de relación en meses (TM)

3. Religiosidad / espiritualidad (R / E)

4. Infidelidad sexual (INS)

5. Infidelidad emocional (INE)

6. Deseo de infidelidad sexual (DIS)

7. Deseo de infidelidad emocional (DIE)

8. Inteligencia sexual (IS)

9. Bienestar con la pareja (BP)

10. Bienestar psicológico (BPS)

11. Impulsividad sexual (IMS)

 

 

Discusión

Los resultados encontrados en esta investigación muestran que los participantes con mayor deseo de infidelidad, tanto emocional como sexual, también presentan infidelidad sexual y emocional; esto concuerda con los datos reportados en el estudio llevado a cabo por Torres, Torres y Rivero (2016) con 110 jóvenes universitarios en la búsqueda de establecer la relación entre la inteligencia emocional y la infidelidad, sea sexual o emocional. Otros autores (Britos, Estigarribia, Ferreira y Valenzuela, 2019) con objetivos diferentes llegaron a los mismos resultados.

En cuanto al factor de deseo de infidelidad se encontró una relación significativa positiva fuerte entre el deseo de infidelidad emocional y el deseo de infidelidad sexual, aquellas personas que desean realizar una infidelidad sexual del mismo modo desean una infidelidad emocional. Britos, Estigarribia, Ferreira y Valenzuela (2019) cuentan con una muestra con características similares a este estudio; hallaron no solo relación entre la infidelidad, sea emocional o sexual, y el deseo de infidelidad emocional así como el sexual, sino que también comparten resultados encontrados con esta investigación respecto de las personas que presentan deseos de infidelidad emocional: son las mismas que manifiestan deseo de infidelidad sexual.

Por su parte, Paredes, Polanski, Morales y Gamboa (2018) realizaron un estudio sobre Inteligencia Sexual en parejas conyugales heterosexuales donde encontraron que no existen diferencias significativas entre el tiempo de la relación de pareja y la inteligencia sexual, coincidiendo con lo encontrado en la presente investigación. Se esperaría que en el tiempo en el que se está dentro de una relación primaria, el nivel de comunicación entre pareja en aspectos como la sexualidad fueran más favorecedores.

El estudio cuenta con una muestra de 212 entre 18 a 45 años, el 100% de los participantes afirman tener deseos de infidelidad sexual de manera recurrente, tan solo el 31.1% realiza conductas infieles sexuales frecuentemente y el 30.2% se involucra en una infidelidad emocional de forma frecuente, mientras tanto el 47.6% de los participantes presenta un alto nivel de inteligencia sexual. Cosa parecida sucede en el estudio de Britos, Estigarribia, Ferreira y Valenzuela (2019), donde el 37.7% reportó haber sido infiel de una muestra de 237 participantes. Por otro lado, en un estudio menos reciente que busca conocer las actitudes y conductas respecto a la infidelidad de la pareja, Gonzáles, Martínez-Taboas y Martínez (2009) presentaron resultados en los que, de una muestra de 200 adultos jóvenes, el 41.5% de los que participaron declaran haber sido infiel en relaciones pasadas y el 36.0% aceptó ser infiel a su pareja actual; además encontraron que aquellas personas que llevan más tiempo en una relación de pareja tienden a tener menor incidencia de infidelidad; también encontraron que la religiosidad y la incidencia de infidelidad estaban relacionadas, sugiriendo que la religión puede ser un factor que contribuye a la fidelidad de la pareja. Contrarios a esto, no se encontraron relaciones significativas tanto en el tiempo de relación de pareja y la infidelidad, como en la religiosidad y la infidelidad, sin embargo, se encontró que la religiosidad se relaciona con el bienestar de la pareja.

Mientras tanto, se encontraron otras relaciones significativas como el bienestar de pareja que disminuye entre más tiempo se esté en una relación; por otro lado, la estabilidad económica interactúa de manera baja con el deseo de infidelidad: aquellas personas que tienen mayores ingresos económicos tienen menor deseo de infidelidad, sea sexual o emocional, en comparación de las personas con ingresos mensuales más bajos. Existe poca información de los resultados expuestos con anterioridad, considerando que son factores poco estudiados.

Ahora bien, los resultados obtenidos en esta investigación respecto del bienestar psicológico muestran al 45.3% de los participantes ubicados en el nivel Alto en la escala de Bienestar Psicológico, a su vez no se encontraron relaciones estadísticamente significativas altas, sin embargo, se relacionó con cuatro factores, uno de forma adversa (el deseo de infidelidad sexual), el resto de forma positiva tales como la inteligencia sexual, el bienestar con la pareja y la impulsividad sexual. Es importante mencionar que, si bien no existen estudios serios sobre la relación o las implicaciones de la impulsividad en el ámbito sexual en relación con el bienestar psicológico, estos datos concuerdan con los criterios diagnósticos para el “Trastorno Hipersexual”, establecidos por Chiclana, Contreras, Carriles y Rama (2015), quienes consideran que una persona impulsiva sexualmente tendrá un malestar clínicamente significativo o deterioro personal en las áreas sociales, profesional o de otro tipo de funcionamiento; cabe destacar que esta visión es de un punto de vista totalmente clínico.

Por último, la discusión por el estudio de la Impulsividad Sexual se ha divido en dos ramas: lo clínico y lo no psicopatologizante. Desde lo clínico, el aumento en la frecuencia e intensidad de fantasías, pensamientos y acciones relacionadas con el sexo conlleva malestares clínicos que pudieran, incluso, incapacitar a un sujeto o, por lo menos, interferir en sus diversas áreas de desarrollo (Carnes, 1983; Echeburúa, 2012, Chiclana, Contreras, Carroles y Rama, 2015). Por otro lado, en lo no psicopatologizante, se agregan otros elementos como las funciones ejecutivas ligadas al control inhibitorio, así como la toma de decisiones y componentes emocionales y sociales (Barkley, 1997; Sánchez-Sarmiento, Giraldo-Huerta y Quiroz- Padilla, 2013; Celma, 2015). Sin embargo, es necesario llevar a cabo la aplicación real de la investigación en relación con este fenómeno para poder elaborar una exploración profunda del concepto que involucre aspectos de ambas ramas que se encuentran en disputa, debido a que la limitante del estudio de la impulsividad sexual viene de su concepción teórica, tal como menciona Turnes, Schottle, Bradford y Briken (2014): no existe una concordancia entre teóricos incluso al otorgarle un nombre al fenómeno y, más aún, al definirlo.

 

Conclusión

Para concluir, los resultados con mayor significancia se relacionan con la infidelidad y el deseo de infidelidad, aunque no existe relación entre la infidelidad y el tiempo en relación de pareja, las personas con menos tiempo de relación presentan mayores niveles de bienestar de pareja que aquellas que llevan años de relación. Alrededor del 30% de la muestra es infiel emocional o sexualmente de forma frecuente, mismo porcentaje comparten aquellas personas que admiten tener deseos frecuentes de infidelidad emocional; sin excepción alguna, el total de la muestra declara tener deseos de infidelidad sexual regularmente; datos que ayudan al análisis de los resultados obtenidos en la prueba de correlaciones donde se expone que las personas que, con deseos de infidelidad tanto sexual como emocional, mantienen una relación de infidelidad con o sin involucramiento emocional y con o sin involucramiento sexual. Además, la relación de mayor significancia estadística se da entre el deseo de infidelidad emocional y el deseo de infidelidad sexual, las personas que reconocen tener deseos de infidelidad sexual tienden a manifestar deseos de infidelidad emocional, algunas con más frecuencia que otras.

Ahora bien, aquellas personas con deseos recurrentes de infidelidad sexual presentan niveles más bajos de bienestar psicológico. Por el contrario, manifestar niveles altos de bienestar psicológico representa mayor bienestar de pareja e inteligencia sexual; sin embargo, también tiene relación con la impulsividad sexual.

Por otra parte, las personas agnósticas y no creyentes tienen mayor presencia de infidelidad sexual, al igual que disminuye el bienestar de pareja en sus relaciones, mientras las personas católicas tienen menor presencia de esta variable.

Se considera importante desarrollar instrumentos de medición sobre la impulsividad que toque aspectos no solo clínicos, sino también una visión no psicopatologizante, con el propósito de mejorar el estudio del fenómeno.

Se recomienda realizar investigaciones de las variables estudiadas en esta investigación en diferentes contextos, población con características sociodemográficas diversas y, también, utilizando distintos diseños de investigación, principalmente de tipo cualitativo, con miras de profundizar en el conocimiento de las variables estudiadas en torno a la sexualidad y sus implicaciones en el bienestar psicológico y otras variables psicológicas; esto permitirá establecer mejores vías de atención e intervención en torno de lograr una educación sexual integral en la población.

 

Referencias bibliográficas

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1 Profesor investigador de tiempo completo en Universidad Autónoma de Campeche. Av. Agustín Melgar S/N, Campeche, México. Código postal: 24039. Correo electrónico: sinuhee@hotmail.com. ORCID: 0000-0002-9605-8148

2 Profesora investigadora de tiempo completo en Universidad Autónoma de Campeche.
Av. Agustín Melgar S/N, Campeche, México. Código postal: 24039. Correo electrónico: gaiperez@uacam.mx. ORCID: 0000-0002-9918-3921

3 Psicólogo. Profesor de la Universidad Autónoma de Campeche. Av. Agustín Melgar S/N, Campeche, México. Código postal: 24039. Correo electrónico: ericalejandro95@gmail.com. ORCID: 0000-0003-2745-2894