Estudio Descriptivo Correlacional de las edades de inicio de Comportamientos Sexo/Eróticos en una muestra de la ciudad de Campeche, México

Descriptive correlational study of the ages of onset of sex/erotic behaviors in a sample from the city
of Campeche, Mexico


Fecha recepción: 29 de abril de 2020 / fecha aceptación: 11 de octubre de 2020

 

Sinuhé Estrada Carmona1
Gabriela Isabel Pérez Aranda2
Eric Alejandro Catzin López3

 

Resumen

El propósito de la presente investigación es analizar las edades de las primeras conductas eróticas de una muestra de personas que radican en la ciudad de Campeche, México. Se trató de una investigación ex post-facto con un alcance correlacional y un enfoque cuantitativo. La muestra fue no probabilística de 212 personas a quienes se aplicó un cuestionario ad hoc. Los resultados muestran que las correlaciones estadísticamente significativas se encontraron entre la edad en la que se dio sexo oral a otra persona por primera vez y la edad en que se experimentó ser masturbado por otra persona. No se encontraron correlaciones significativas entre el número de parejas sexuales y el tiempo de relación con la pareja actual, ni entre el número de parejas sexuales y las edades de inicio de las conductas erótico-sexuales. El coito se asocia al inicio de otras conductas sexuales sin fines reproductivos.

Palabras clave: Debut sexual, edad de inicio sexual, conductas eróticas, adolescencia.

 

 Abstract

The purpose of the present investigation was to analyze the ages of the first erotic behaviors of a sample of people who live in the city of Campeche, Mexico. It was an ex post facto research with a correlational scope and a quantitative approach. The sample was nonprobabilistic of 212 people to whom an ad hoc questionnaire was applied. The results show that statistically significant correlations were found between the age in which oral sex was given to another person for the first time and the age in which it was experienced to be masturbated by another person. No significant correlations were found between the number of sexual partners and the time of relationship with the current partner, nor between the number of sexual partners and the ages of initiation of erotic-sexual behaviors. Sexual intercourse is associated with the initiation of other non-reproductive sexual behaviors.

Keywords: Sexual debut, age of sexual initiation, erotic behaviors, adolescence.

 Introducción

La sexualidad constituye un área fundamental dentro del desarrollo del ser humano y precisa de investigación por las implicaciones que la conducta sexual tiene sobre la salud (Inmaculada & Bermudez, 2011). Estas implicaciones han sido reconocidas al punto de desarrollar una definición de salud sexual, entendida como un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad, la cual requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia (OMS, 2020). Por su parte, Hirmas, González, Aranda y González (2008) expresan la importancia de la sexualidad mencionando que los cambios observados en el desarrollo de la sexualidad se relacionan con modificaciones en otras áreas de la vida social y personal, dinámica inmersa –a su vez– en los procesos de modernización de las sociedades actuales.

El concepto de sexualidad se amplió a lo largo del tiempo para incluir en su definición la búsqueda de fines placenteros y no exclusivamente reproductivos, se le comenzó a considerar como un componente más del desarrollo integral de la persona y, hoy en día, continúa desarrollándose. Lo anterior implicó nuevas pautas de comportamiento y diversas maneras de acceder a la exploración del cuerpo (Gómez & Salinas, 2010). En la actualidad, se han integrado diversas conductas sexuales en la práctica del hombre y la mujer promedio cuya finalidad no es la reproducción, sino la búsqueda de placer y que no generan conflictos de adaptabilidad en las personas (Cajiao, 2007, citado en Gómez y Salinas, 2010).

De esta manera, la sociedad delimita el contexto que, a su vez, regula la sexualidad; es decir, permite o limita ciertos comportamientos con el fin de facilitar la vida en grupo. Este rechazo o aceptación se ha ido transformando a través del tiempo, por lo que por medio de la visibilidad y aceptación de ciertos comportamientos sexuales se podrá comprender el contexto actual de la sexualidad (Gómez & Salinas, 2010).

Por otro lado, los estereotipos sexuales son creencias generalmente aceptadas y poco cuestionadas que podrían contribuir a cómo los hombres y las mujeres debemos expresar nuestra sexualidad (Pérez & Prengo, 2012). Hirmas, González, Aranda y González (2008) refieren que quizá la influencia social más profunda sobre la sexualidad de las personas provenga de los roles de género preestablecidos, las normas y valores sociales que determinan el poder, las responsabilidades y las conductas de mujeres y hombres.

Existen estereotipos sexuales en torno a la edad de inicio y frecuencia de diversas conductas sexuales que van más allá de la reproductividad. Lo anterior ha generado mayor estigma considerando que en Occidente, durante buena parte del siglo XX, prevaleció un sistema hegemónico patriarcal que perpetúa el valor único del coito con fines reproductivos. Al mismo tiempo, el placer es considerado un privilegio donde convergen discursos sobre los cuerpos, la belleza, la moral, los derechos humanos, las políticas públicas, entre otros. Esto favorece la investigación del cruce de aquéllos y las tensiones entre las normas sociales, las prácticas individuales, las emociones y sensaciones en la vida cotidiana (Cerón, 2016). Por lo cual, es importante conocer qué conductas sexuales se practican y el contexto general de ellas, edad de inicio y cómo se relacionan con el placer erótico para promover la salud sexual.

Por otra parte, la edad de inicio sexual representa una transición a nuevas necesidades en salud. Toda vez que el inicio de la vida sexual también supone una exposición a riesgos de embarazo e infecciones de transmisión sexual, por lo que monitorear la edad del comienzo de prácticas eróticas resulta necesario para establecer modificaciones en servicios de salud sexual y reproductiva (Gayet & Gutiérrez, 2014).

Según lo expuesto por Apaza-Guzmán y Vega-González (2018), los datos acerca del inicio de la actividad sexual a nivel mundial estiman que la edad promedio en los países desarrollados es de 9-13 años en los varones y de 11-14 años en las mujeres. Para Holguín, Mendoza, Esquivel, Sánchez, Daraviña y Acuña (2013) las repercusiones que tiene el inicio temprano de actividad sexual han generado gran interés de varias disciplinas (particularmente las ciencias sociales y de la salud) por establecer los factores que determinan la edad de la primera relación sexual, centrándose en identificar factores del contexto social y familiar que se asocian con el comportamiento sexual de los adolescentes (sexo, nivel socio-económico, grupo étnico, estructura familiar, entre otros), mientras otros han evaluado factores psicológicos e individuales, de los cuales se sabe poco.

Son muchos los factores que pueden influir en el inicio temprano o tardío de la actividad sexual. Estudios internacionales muestran que los factores que se asocian mejor a un retardo en el inicio de la actividad sexual en los adolescentes son la religiosidad y el buen desempeño académico, mientras que el consumo de alcohol y/o drogas, la influencia de los pares y el antecedente de parejas mayores constituyen factores que favorecen su precocidad (González, Molina, Montero, & Martínez, 2013).

En otro estudio realizado en El Salvador se encontró que los siguientes factores se asociaron con una mayor probabilidad de haber tenido relaciones sexuales: percibir que los hermanos (OR = 1,8, IC 95%: 1,2– 2,7) o los amigos (OR = 1,7, IC 95%: 1,3–2,2) apoyan que se tengan relaciones sexuales. Como factores protectores se encontraron la supervisión de los padres (OR = 0,5, IC 95%: 0,4–0,7); recibir mensajes que apoyan la abstinencia por parte de amigos (OR = 0,7, IC 95%: 0,6–1,0) o hermanos (OR = 0,7, IC 95%: 0,5–0,8) y recibir mensajes favorables al matrimonio por parte de los padres (OR = 0,4, IC 95%: 0,3–0,6), por lo que se concluyó que los mensajes proporcionados por familiares y amigos son factores que parecen influir en el inicio de la actividad sexual de los jóvenes, por lo que deben tenerse en cuenta en los programas de promoción de la salud sexual (Ruiz-Canela, López, Calatrava, & Irala, 2012).

En consideración de la revisión de la literatura, el presente estudio tuvo como objetivo analizar las edades de las primeras conductas eróticas de una muestra de personas que radican en la ciudad de Campeche, México. Los objetivos específicos fueron: comparar las edades de inicio de las primeras conductas eróticas entre hombres y mujeres, así como relacionar las edades de inicio de las diferentes conductas eróticas.

 

Método

Participantes

La Ciudad de Campeche está ubicada al sureste de México. El Estado del mismo nombre es uno de los más pequeños en población con cerca de un millón de habitantes en todo el Estado. La ciudad de Campeche tiene una población aproximada de 300 mil habitantes, lo que la convierte en una ciudad pequeña y provincial.

Se llevó a cabo un muestreo no probabilístico por conveniencia, obteniendo una muestra de 212 participantes con edades entre los 18 y 45 años con una media de edad de 25.11 años. Todos los participantes firmaron un consentimiento informado previo a la recolección de los datos.

 

Instrumento

Se elaboró un cuestionario inicial ad hoc de 15 reactivos en donde se preguntó acerca de la edad en la que se experimentaron por primera vez algunas conductas eróticas/sexuales, así como otros datos generales tales como el número de parejas sexuales y parejas formales (significativas) de quienes participaron. Los reactivos fueron validados a través de un jueceo por pares. Los resultados de jueceo permitieron modificar la redacción y las palabras de algunos reactivos, los cuales fueron revisados y avalados en su versión final por el Comité de ética e investigación de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Campeche. El cuestionario final quedo conformado por 9 reactivos.

 

Procedimiento

Las personas que participaron en el estudio fueron contactadas por el método de bola de nieve. Previo a la aplicación del instrumento, se entregó una carta de consentimiento informado en donde se explicaron los objetivos del estudio. Sólo se incluyeron en la muestra a quienes firmaron dicha carta. Posterior a la recolección de los datos, estos fueron procesados mediante el paquete estadístico para las ciencias sociales SPSS en su versión 23 y examinados mediante un análisis de medias, una prueba “t” de student para muestras independientes para identificar diferencias significativas entre hombres y mujeres, así como un análisis correlacional.

 

Plan de análisis

Se utilizó un diseño ex post-facto, no experimental y transversal. Los datos se recolectaron en un único tiempo; el enfoque fue cuantitativo y se tuvo un alcance descriptivo correlacional. 

 

Consideraciones éticas

Todos los sujetos dieron su consentimiento informado para su inclusión antes de participar en el estudio. El estudio se realizó de acuerdo con la Declaración de Helsinki, y el protocolo fue aprobado por el Comité de ética e investigación de la Facultad de Humanidades y del Departamento de Posgrado e Investigación de la Universidad Autónoma de Campeche. Todos los procedimientos seguidos estuvieron de acuerdo con los estándares éticos del comité responsable de experimentación humana de la Universidad Autónoma de Campeche, México; el código nacional de ética para la investigación psicológica, la ley de salud nacional y local y la Declaración de Helsinki de 1975, revisada en 2000.  

 

Resultados

Al analizar los datos recabados en torno a la edad de inicio de las primeras experiencias erótico-sexuales, se observa que las conductas que obtuvieron la edad mínima de experimentación fueron las relacionadas a la masturbación, así como el beso de lengua, mientras que las conductas que fueron experimentadas a una mayor edad fueron las relacionadas al sexo oral.

  

Tabla 1
Estadísticos descriptivos sobre primeras conductas erótico-sexuales

Variables

Mínimo

Máximo

Media

Número de personas con las que ha tenido relaciones sexuales/eróticas en su vida

0

5

1.61

Edad en la que experimentó por primera vez un beso de lengua

8

20

14.52

Edad en la que experimentó por primera vez el coito (penetración)

12

25

16.65

Edad en la que experimentó por primera vez la masturbación

5

25

14.66

Edad en la que experimentó por primera vez masturbar a otra persona

5

25

17.16

Edad en la que experimentó por primera vez que otra persona le masturbe

12

25

16.84

Edad en la que experimentó por primera vez que otra persona le haga sexo oral

13

25

17.30

Edad en la que experimentó por primera vez hacerle sexo oral a alguien

13

25

17.62

Número de parejas formales (significativas) que ha tenido en su vida

0

9

2.20

La conducta erótico-sexual que en promedio se experimentó a una edad más temprana fue el beso de lengua, mientras que la conducta que en promedio se experimentó a una mayor edad fue hacerle sexo oral a alguien. De manera general, la media de edad en la que se experimenta una conducta erótico-sexual es de 16.54 años. Respecto al número de parejas erótico-sexuales la media fue de 1.61 mientras que los valores mínimos y máximos fueron cero y cinco respectivamente, existe una media mayor de número de parejas significativas (2.20) en comparación con el número de parejas erótico-sexuales.

 

Tabla 2
Comparación de medias de los primeros comportamientos sexo/eróticos por género

 

Género

Media

t

Sig. (bilateral)

Número de personas con las que ha tenido relaciones sexuales/eróticas en su vida

Hombre

Mujer

1.85

1.38

4.030

 

.000*

Edad en la que experimentó por primera vez un beso de lengua

Hombre

Mujer

14.44

14.59

-.512

.609

Edad en la que experimentó por primera vez el coito (penetración)

Hombre

Mujer

16.42

16.88

-1.357

.176

Edad en la que experimentó por primera vez la masturbación

Hombre

Mujer

13.43

15.98

-6.672

.000*

Edad en la que experimentó por primera vez masturbar a otra persona

Hombre

Mujer

16.89

17.44

-1.560

.120

Edad en la que experimentó por primera vez que otra persona le masturbe

Hombre

Mujer

16.55

17.14

-2.002

.047*

Edad en la que experimentó por primera vez que otra persona le haga sexo oral

Hombre

Mujer

17.12

17.50

-1.307

.193

Edad en la que experimentó por primera vez hacerle sexo oral a alguien

Hombre

Mujer

17.28

17.96

-2.411

.017*

Número de parejas formales (significativas) que ha tenido en su vida

Hombre

Mujer

2.20

2.20

.000

1.000

Tras analizar las medias de edad de hombres y mujeres respecto a la edad de sus primeras experiencias erótico-sexuales, con la prueba “t” para muestras independientes, se encontraron diferencias significativas en el número de personas con las que se ha tenido relaciones erótico-sexuales, en la edad en que se experimentó por primera vez la masturbación, que otra persona le masturbe y en hacerle sexo oral a alguien.

Respecto del número de personas con las que se ha mantenido relaciones sexuales, fueron los hombres quienes obtuvieron la media más alta (1.85); por otra parte, en cuanto a la masturbación, que otra persona le masturbe y hacerle sexo oral a alguien, fueron las mujeres quienes experimentaron dichas conductas a una mayor edad en comparación con los hombres. No se encontraron diferencias significativas en otros factores evaluados. De manera general, los hombres experimentaron a edades más tempranas las diferentes conductas erótico-sexuales en comparación con las mujeres.

En cuanto a las relaciones estadísticamente significativas encontradas al realizar el análisis de correlación, se observa que la edad del participante solo correlaciona negativamente con la edad del primer coito y positivamente con el número de parejas significativas. También se observa que a mayor número de parejas sexuales menor edad de inicio del coito, menor edad en que otra persona le practica la masturbación y mayor número de parejas formales. Así mismo, a mayor edad del primer beso de lengua, del primer coito y de la primera masturbación mayor edad para las demás conductas sexuales a excepción del número de parejas significativas; al mismo tiempo se encuentran fuertes correlaciones entre la edad de experimentación de conductas asociadas a la masturbación y la edad de inicio de conductas asociadas a la práctica del sexo oral.

Discusión

Los resultados muestran que el promedio de edad para el inicio de relaciones sexuales coitales es de 16.65 años, esto coincide con lo expuesto por Rivera-Rivera et al. (2016) quienes realizaron una investigación con 9893 estudiantes de entre 14-19 años encontrando que la edad promedio de inicio de la vida sexual coital es de 16 años. Dichos autores agregan que son los hombres quienes mantienen relaciones sexuales coitales a más temprana edad, lo que también respalda los datos obtenidos en el presente estudio pues se encontró que la media de edad en la que se experimentó por primera vez las relaciones sexuales con penetración fue de 16.42 en el caso de los hombres y de 16.88 años en el caso de las mujeres; sin embargo, esta diferencia no fue estadísticamente significativa. De la misma manera, González-Garza y Hernández-Serrato (2005) tampoco encontraron diferencias significativas en la edad de inicio de relaciones sexuales coitales entre hombres y mujeres.

Así mismo, los resultados muestran una relación entre la edad de experimentación del coito y la edad actual de los participantes, lo que concuerda con los resultados de Rodríguez y Traverso (2012) quienes también encontraron una relación positiva entre estas dos variables; aunado a ello, estos autores también reportan una correlación negativa entre la edad del primer coito y el número de parejas sexuales que se han tenido, datos que igualmente coinciden con lo encontrado en esta investigación.

En la presente investigación se encontraron relaciones significativas entre la edad de inicio de la masturbación y sexo oral con las relaciones sexuales coitales, contrario a lo identificado por García, Méndez, Fernández y Cuesta (2012): aunque en su muestra de adolescentes estudiados un 84,8% declaró haber iniciado alguna conducta sexual, como besos íntimos, y un 65% realizar prácticas masturbatorias, poco menos de un tercio se había iniciado en la prácticas sexuales coitales vaginales.

Por su parte, Rodríguez y Traverso (2012) encontraron diferencias significativas en la edad en la que los hombres y mujeres experimentaron por primera vez las conductas de: beso, masturbarse, masturbar a la pareja y práctica del sexo oral; en la presente investigación, solo se encontraron diferencias significativas en las conductas de masturbarse, que otra persona le masturbe y que le hagan sexo oral.

Estos resultados también coinciden con Escalante, Cerrón, Salazar, & Mendonez (2008), quienes describen que, en general, la edad de inicio del coito vaginal no muestra diferencias relacionadas al género; en esta investigación, al igual que en el presente estudio, sí se encontraron diferencias significativas respecto al inicio de masturbación y el género. El informe Durex (2006) señala la tendencia a iniciarse a edades cada vez más tempranas, y con escasa diferencia entre sexos.

Contrario a los resultados de las investigaciones de Gutiérrez-Martínez, Bermúdez, Teva & Buela-Casal; Spitalnick et al; Teva, Bermúdez & Buela Casal (citados en Teva & Bermúdez, 2011), no encontramos relación entre el número de parejas sexuales y conductas sexuales eróticas, esto probablemente debido a diferencias culturales en los participantes de las investigaciones.

Se concluye que, respecto al género, aunque no existen diferencias significativas entre el número de parejas formales, sí las hay en cuanto al número de parejas sexuales, siendo los hombres quienes tienen un mayor promedio. Referente a las conductas erótico-sexuales, en general no hay diferencias significativas en la mayoría de estas, siendo las excepciones masturbarse, que otra persona le masturbe y hacerle sexo oral a alguien; en estas conductas y en todas las demás, son los hombres quienes las inician a edades más tempranas. Por otra parte, existen correlaciones significativas entre las distintas conductas erótico-sexuales, todas positivas, lo que sugiere que iniciar a temprana edad cualquiera de estas conductas, aumenta las posibilidades de experimentar a temprana edad otras conductas sexuales.

Así mismo, el número de parejas formales y sexuales no se relaciona con la edad de inicio de conductas sexuales.

Los resultados obtenidos se suman a la importancia de la Educación Sexual Integral como medio para promover la salud sexual. Conocer la edad de inicio de algunas de las primeras conductas eróticas/sexuales permite identificar sectores de población en los que es importante intervenir para promover una sexualidad responsable y placentera. En este sentido, propuestas y políticas públicas como la inclusión de la Educación Sexual Integral desde niveles básicos en ámbitos educativos resultan relevantes. Al mismo tiempo, los hallazgos contribuyen a reconocer la necesidad de incluir en las políticas de prevención psico-educativa no solo a los adolescentes, sino a los padres y madres de familia quienes forman parte integral del proceso formativo en salud. Haciendo especial énfasis en una mirada que promueva la educación y el derecho al placer responsable y saludable.

En cuanto a las limitaciones y recomendaciones es posible mencionar que el estudio está limitado a una muestra del sureste mexicano que no representa la población mexicana. Se requiere ampliar el número de participantes e incluir entrevistas para acceder a datos cualitativos que permitan contrastar y complementar los datos cuantitativos.

Agradecimientos

Agradecemos a los miembros del cuerpo académico “Desarrollo Humano” y a los colaboradores del Laboratorio de Atención Psicológica e Investigación Clínica por sus contribuciones metodológicas y técnicas en la realización de este trabajo. También agradecemos a la Dirección de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Campeche por su apoyo logístico y administrativo, así como a las personas que amablemente contribuyeron a participar en el estudio.

 

Declaración de conflicto de interés

Los autores manifiestan no tener ningún conflicto de interés.

 

Referencias

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1 Universidad Autónoma de Campeche. Email: sestrada@uacam.com/sinuhee@hotmail.com

ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-9605-8148

 

2 Universidad Autónoma de Campeche. Email: gaiperez@uacam.mx

ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-9918-3921

 

3 Universidad Autónoma de Campeche. Email: ericalejandro95@gmail.com

ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-2745-2894