Significados de ser y hacer familias del mismo sexo 

Meanings of being and making families of the same sex

 

 

Gonzalo Soto Guzmán1, Annachiara Del Prete2, Valentina Flores3, Kimberly Fuenzalida4 y Danitza Nemi5

 

Resumen

Familias modernas, familias del mismo sexo, familias diversas o nuevas familias son enunciados que suelen escucharse desde los discursos públicos, sociales y académicos para referirse a estos tipos de relaciones afectivas que desafían al modelo tradicional. No obstante lo anterior e independientemente del nombre asignado, estos grupos relacionales vivencian su hacer y ser familia en un contexto donde el modelo imperante se mantiene, negando espacios de visibilización y legitimidad. Este trabajo presenta los resultados de un estudio cualitativo en familias compuestas por personas del mismo sexo indagando en sus significaciones de ser familia en un modelo social familiar heteronormativo. El enfoque metodológico es de tipo fenomenológico y el análisis de la información se trabajó desde la técnica de análisis de contenido. Se realizaron entrevistas en profundidad a 5 familias con hijos (as) (3 compuestas por mujeres y 2 por hombres). Los resultados dan cuenta de similitudes respecto de la idea de familia en aspectos cotidianos; no así en las cargas emotivas y sociales que se instalan en el núcleo familiar como un nuevo sistema valórico en sus procesos de crianza.

Palabras Claves: Familias del mismo sexo, significaciones, configuración familiar, exclusión

 

Abstract

Modern families, families of the same sex, diverse families or new families are statements that are usually heard from public, social and academic discourses to refer to these types of affective relationships that challenge the traditional model. Notwithstanding the above and independent of the assigned name, these relational groups experience their doing and being family in a context where the prevailing model is maintained, denying spaces of visibility and legitimacy. This paper presents the results of a qualitative study in families composed of people of the same sex, investigating their meanings of being a family in a heteronormative family social model. The methodological approach is of phenomenological type and the analysis of the information was worked from the technique of content analysis. In-depth interviews were conducted with five families (3 composed by women and 2 by men). The results show similarities with respect to the idea of family, not in the emotional and social burdens that are installed in the family nucleus as a new value system in their parenting processes.

Keywords: Families of the same sex, meanings, family configuration, exclusion

 

Escenario de la Investigación

Los discursos sociales respecto a la idea de diversidad familiar presentan en Chile mensajes confusos y ambivalentes entre los planteamientos del estado, el clero y los aspectos jurídicos en contraste con los avances sociales y demandas ciudadanas en temas relativos a la diversidad sexual, la no discriminación e inclusión en todas sus dimensiones; instalándose el debate en torno a la necesidad de establecer políticas vinculadas a cambios en las concepciones y expresiones de la identidad de género, las formas de ser y hacer familia, la exclusión social, la homofobia-lesbofobia y transfobia y en lo concerniente a los derechos de las personas y la responsabilidades del Estado en estas discusiones.

Es en este escenario desde el cual surge la investigación denominada “Significados de ser y hacer familias del mismo sexo” en donde se describen algunos resultados referidos por cinco familias que se identifican a sí mismas como homoparentales y que desde el modelo tradicional del constructo de familia viven, se relacionan y crían a hijos (as) fruto de relaciones heterosexuales anteriores y que en la actualidad viven junto a sus padres o madres con otra persona del mismo sexo. Resultados iniciales dan cuenta que no se observan distinciones entre lo que, desde los imaginarios sociales, se entiende por familia pero sí se observan diferencias en cuanto a los modos de afrontar en lo relacional el ser familias del mismo sexo por parte de los adultos y, en ciertos casos, por parte de los hijos(as) que son parte del núcleo familiar.

 

Primeras Aproximaciones en investigación sobre familias del mismo sexo

En lo concerniente a estudios relativos a familias del mismo sexo, la mayoría de estos fueron realizados en la década de los ochenta; principalmente en Estados Unidos y el Reino Unido; en particular a familias de madres lesbianas, los que estuvieron centrados en conocer el ajuste psicológico de los niños y en detectar si la orientación sexual de estos estaría influenciada por la homosexualidad de estas (Kirkpatrick, Smith y Roy, 1981). Otras investigaciones de la época estuvieron enfocadas en conocer el ajuste o desajuste psicológico de los hijos de padres y madres del mismo sexo en comparación con parejas heterosexuales, no encontrándose diferencias significativas en el ajuste de estos según el tipo de pareja conformada (Golombok, Spencer y Rutter, 1983).

En lo que concierne a familias de hombres homosexuales, los estudios son más recientes en relación a la maternidad lésbica, estos datan aproximadamente desde el 2005 y sus inicios versaron sobre conocer si los hombres estaban más capacitados que las mujeres en proceso de crianza (Golombok, 2005).

Respecto a esto, las investigaciones sobre paternidad han demostrado que los padres heterosexuales influyen en sus hijos de manera similar a las madres (Lamb, 2013, Pleck, 2010). Sobre lo ya descrito surge, entonces, la pregunta que dice relación con saber si los padres gay pueden proporcionar un entorno de crianza tan positivo para los niños como las familias con la madre presente. Si no hay nada específico en la maternidad, los padres gays que muestren una crianza afectuosa, sensible y receptiva deberían promover un desarrollo positivo del niño. Sin embargo, y como se mencionó antes, todavía se cree en general que las madres son mejores cuidadoras que los padres (Biblarz y Stacey, 2010). Así mismo, el entorno social más amplio puede tener un marcado impacto sobre el bienestar psicológico del niño, y los niños con padres gays pueden verse expuestos a más prejuicio y discriminación que los de madres lesbianas porque sus familias tienen el rasgo no tradicional de estar encabezada por hombres (Golombok y Tasker, 2010).

En referencia al desarrollo del género por parte de los niños, se ha sugerido que los niños con padres gay pueden diferenciarse de los niños de madres lesbianas o los de parejas heterosexuales debido a la presencia de dos progenitores masculinos y a la ausencia de un progenitor de sexo femenino en la familia. Ante esto, estudios realizados por Goldberg, Kashy y Smith (2012) arrojan que los niños y niñas de padres gays pueden mostrar una conducta menos tipificada por el sexo que los hijos de parejas heterosexuales por proceder de un entorno familiar menos tipificado por el sexo y que, específicamente, las niñas de familias encabezadas por padres gays pueden mostrar una conducta sexualmente menos tipificada que las criadas en familias de madres lesbianas, debido a la ausencia de un modelo de rol femenino.

Un estudio sobre progenitores adoptivos gays y lesbianas observaba, igualmente, niveles elevados de respaldo social y habilidades de crianza adecuadas (Ryan, 2007; Ryan y Cash, 2004). Otro estudio usó la Lista de Verificación de la Conducta Infantil (Achenbach y Rescorla, 2000) para comparar los problemas emocionales y conductuales en grandes muestras de niños en edad preescolar y escolar adoptados por gays, lesbianas o heterosexuales, y se concluyó que los problemas psicológicos de los niños no estaban determinados por la orientación sexual de los progenitores (Averett, Nalavany y Ryan, 2009).

En lo que respecta a estudios relacionados con la experiencia de ser parte de una familia homoparental desde la perspectiva de los hijos, no se han efectuado estudios con cierto peso metodológico que permita dar cuenta de esto; no obstante, las investigaciones antes detalladas en familias de madres lésbicas permitiría suponer que no debiesen encontrarse resultados muy diferentes, sobre todo si los datos permiten comprender que hombres gays estarían igualmente capacitados que madres heterosexuales o lesbianas o padres heterosexuales para ser eficientes en procesos de crianza y de conformación de familia.

En resumen, los resultados a los que han llegado los no frecuentes estudios empíricos efectuados hasta el momento, muestran que las familias del mismo sexo no presentan grandes variaciones en lo relacionado con intereses por ser madres o padres en comparación con padres o madres heterosexuales; del mismo modo, no se grafican aspectos disímiles en patrones de crianza o en tópicos relacionados con desajustes psicológicos por ser hijos de padres o madres del mismo sexo.

Sí es posible apreciar un aspecto que aparece de forma común en varios de los estudios realizados y que dice relación con un aspecto de cautela por parte de los padres y madres homosexuales sobre el momento en que sus hijos deban afrontar preguntas sobre sus familias de origen. Los estudios antes citados indican que en niños esto no posee grandes complejidades; sin embargo, en la adolescencia se observan tensiones por parte de los jóvenes por proceder de familias homoparentales. Este aspecto de cautela indicaría también una variable extra en familias del mismo sexo, esto es, no solo evaluar que sus hijos o ellos mismos podrían sufrir procesos de discriminación, sino que también lo extra (como algo a develar) podría ser entendido como parte de ser homosexual en una sociedad aún heterosexualizada.

 

Aproximaciones en investigación en familias del mismo sexo en Chile

Las investigaciones referidas al tema permiten comprender como las vivencias de los sujetos se sitúan en un espacio social en donde buscan instalar su realidad familiar comprendiendo que, aun con ciertos avances sociales, la homosexualidad sigue poseyendo ribetes de estudio, de diferencia o de algo que aún se debe considerar.

En lo que respecta a familias lésbicas, se realizó un estudio comparativo entre familias de lesbianas asentadas en las ciudades de Barcelona y Santiago de Chile. En un estudio realizado por Herrera (2005) refiere que las primeras habitan en un espacio donde se reivindica el reconocimiento de las formas distintas de familia lo que, en ese contexto, implica que este tipo de familias tenga exigencias relacionadas con la legitimación legal y social que ellas forman, no existiendo por lo tanto, una definición de familia homosexual en oposición a la de familia heterosexual. En el mismo estudio, para el caso de familias lésbicas residentes en Santiago de Chile, la autora refiere que de las narrativas de las entrevistadas, se observa que poder conciliar la maternidad y la homosexualidad constituye un dilema, pese a su anhelo de ser reconocidas como familias legítimas (Herrera, 2005: 266). La aprensión expresada por estas parejas dice relación con provocar un daño a los/as hijos/as; en este sentido la autora señala que el origen de este temor está en la estructura diádica y heterosexual de la parentalidad, dentro de la cual se estima que un niño o niña debe tener un padre y una madre para contar con una infancia adecuada, puesto que para ingresar a la cultura los/as niños/as necesitan un origen en la diferencia sexual, cuestión que ha señalado Lacan (1977) como propia del orden simbólico y que, como tal, es permanente.

En el mismo estudio, la investigadora refiere que “las relaciones homosexuales cuestionan los elementos centrales en la comprensión tradicional de la familia: la diferencia de sexo de la pareja con respecto a la afinidad y la consanguinidad en relación con la filiación” (Herrera, 2005: 268). Aunque Herrera no enfoca su trabajo desde la crítica feminista o la teoría de género, entiende que las prácticas y narrativas que las mujeres homosexuales construyen a partir de sus relaciones más cercanas son de gran utilidad a la hora de comprender las transformaciones que las formas de hacer familia están sufriendo en nuestros tiempos (Ibíd.: 270-271).

En otra investigación realizada por Sánchez Díaz, Podestá González y Garrido (2018), en relación a las trayectorias vitales y desafíos en familias homoparentales en mujeres chilenas, se establece que en algunos casos la homofobia y la desprotección legal que sufren estas familias tiene un impacto negativo en su calidad de vida familiar así como en los hijos de estas. En el mismo estudio, las autoras señalan que las tensiones entre visibilidad-invisibilidad, derechos-necesidades y riesgos son elementos centrales a discutir en términos sociales, colectivos y entre familias del mismo sexo. No obstante lo anterior, estas necesidades generan a la vez una percepción de amenaza en las participantes del estudio ya que las expone a ellas y a sus hijos a diversos tipos de agresión y discriminación (Sánchez Díaz, Podestá González y Garrido, 2018).

En el estudio ya citado (Sánchez Podestá et al, 2018) las mujeres entrevistadas refieren la necesidad de querer verse libres del prejuicio destructivo de que las personas LGBTI son promiscuas, irresponsables y enfermas y que sus familias sean vistas como familias comunes y corrientes, donde los niños (as) crecen igual de bien que en cualquier otra familia. Poniendo en tensión este planteamiento. Roudinesco (2003) afirma que las madres LBQ deben reconocerse a sí mismas como diferentes, ya que de lo contrario se corre el riesgo de que sus hijos (as) crezcan pensando que ser LBQ es algo malo y que, por lo tanto, debería suprimirse.

Sánchez Díaz et al. (2018) refieren también que, en vista a próximas discusiones legislativas sobre derechos filiativos, se requieren estudios específicos sobre las experiencias y la calidad de vida de los hijos (as) de familias homosexuales.

En otra investigación sobre lesbomaternidad realizada por Herrera (2007), la autora refiere que en Chile el contexto social y cultural obliga permanentemente tanto a las madres como a los hijos/as de estas a tomar decisiones sobre develar o no la orientación sexual de sus madres, debiendo esto implicar un proceso de reflexión de cuándo, cómo y a quiénes, ya sea para protegerse de la homofobia, relacionarse con menor ansiedad en sus diversos contextos sociales, entre otros.

Cadoret (2003: 121), en su estudio sobre homosexualidad masculina, señala que “muchas veces las parejas homosexuales buscan construir sentidos de familia mucho más allá de lo que se ha llamado la regla de los padres progenitores”, señalando con esto que los significados referidos al constructo de familia por estas parejas ya son distintas a los cánones tradicionales, incitando con ello a nuevas formas de concebir la idea de familia. Esta reflexión también se engarza con lo que refiere Robaldo (2011: 128), quien señala que “en el contexto de familias homosexuales de hombres en Chile, se hace necesario saber cuánto es lo que realmente pesa la sangre al momento de hacer familia”, situación que podría dar algunas nuevas concepciones sobre lo que parejas del mismo sexo entienden por este constructo.

Lo antes descrito permite comprender que los sentidos o significaciones de familia también requieren de un nuevo entendimiento; no sólo por el hecho de que las familias del mismo sexo estarían redefiniendo este concepto en base a sus propios procesos de configuración, sino porque también este constructo posee, al parecer, cierta fase de transición. En este sentido, un estudio realizado por Ariza y Oradina (2002: 58-59) plantea que “los procesos de cambio familiar son el resultado de su acomodación a las transformaciones de la sociedad y de la cultura que conforman su entorno y su relación con la integración institucional”, espacio de transformación y de transición que involucra a las familias del mismo sexo y que da la oportunidad de entender que lo importante en esta nueva posible significación de familia o de lo familiar es que esta sirva para cumplir la función de acomodo y protección que esta tendría por esencia.

Independiente del nombre que se asigne a las representaciones de familia (tradicionales, no tradicionales, posmodernas, familias modernas etc.), las que pueden ser útiles para comprender como estas también se reorganizan y modifican en base a dinámicas societales y culturales, en lo que respecta a familias del mismo sexo, en Chile no existen estudios que permitan comprender como estas vivencian y configuran no solo el sentido de familia sino que tampoco existiría evidencia relativa a como parejas del mismo sexo viven su paternidad/maternidad en una sociedad en la cual no hay indicadores relativos al tema. Esto es posible de reafirmar con lo que señala Robaldo (2011: 131-132) en cuanto a que “no existe en el medio chileno investigación acerca de la paternidad homosexual. De ahí que lo que se pueda aseverar es prácticamente nada. La investigación acerca de la paternidad en Chile no ha profundizado en torno a la relación entre identidad sexual y significado de familia”.

Los estudios señalados dan cuenta de la necesidad de continuar generando evidencia que facilite la incorporación de familias del mismo sexo a las políticas públicas del país; si bien el Estado ha velado por inclusiones en este aspecto, estas han sido exclusivamente en individuos, manteniendo con esto la invisibilización de estas familias, despojándolas de una serie de deberes y derechos que sí están claramente expresadas para familias heterosexuales.

La comprensión de cómo familias del mismo sexo experiencian sus procesos de cuidado-crianza con sus hijos(as), el modo en que estas significan el concepto de familia y de cómo estos significados pueden intersectarse con discursos públicos requiere de la comprensión de esto desde las cotidianidades de sus propias interacciones familiares y relacionales, por lo que se requiere de un método que permita comprender como las personas en sus habitualidades construyen, dan sentido y significado a sus prácticas relacionales y sociales siendo familias del mismo sexo.

 

Metodología

Se llevó a cabo un estudio cualitativo desde un diseño fenomenológico (Vallés, 1996) centrándose en las experiencias e interpretaciones de los fenómenos en la habitualidad de las personas que fueron parte de esta investigación. La producción de los datos se realizó entre septiembre y diciembre del 2018. Se realizaron entrevistas en profundidad a 5 familias del mismo sexo (3 compuestas por madres y 2 por padres) chilenas las que fueron seleccionadas a través de un muestreo intencional estableciéndose el contacto a través de la técnica de bola de nieve.

Los criterios de inclusión fueron ser parejas del mismo con al menos 3 años de relación estable, que vivan con sus hijos(as) de forma permanente y que no existan situaciones legales en curso respecto a la tuición de algunos de los hijos(as) de estas. Las familias entrevistadas tenían entre 30 y 50 años de edad, en todos los casos sus hijos(as) tenían sobre 10 años de edad y vivían en Santiago de Chile. De las familias entrevistadas 3 de estas contaban con títulos profesionales y las 2 restantes poseían formación escolar media completa.

Las entrevistas se realizaron en el domicilio de cada una de las familias con una duración de entre 60 y 90 minutos. Las parejas entrevistadas firmaron una carta de consentimiento informado salvo los hijos(as) de estas debido a temas éticos y al hecho de que el objetivo de la investigación aludía a conocer de qué forma padres y madres del mismo sexo que crían significan los conceptos de familia.

La pauta de entrevista consultaba datos de tipo sociodemográfico, aspectos relativos al proceso de reconocimiento de su orientación sexual, a la experiencia de ser pareja, a los momentos en que la pareja se decide a vivir con hijos(as), a sus apreciaciones sobre su vida familiar, su relación con el entorno, al modo de afrontar preguntas de otros(as), a experiencias de exclusión-inclusión, a las rutinas familiares, aproximaciones en el proceso de criar y a opiniones respecto a las leyes del Estado frente a las demandas sociales por la unión de familias del mismo sexo.

El análisis de los datos se realizó a través de la técnica de análisis de contenido desde el cual se elaboraron categorías y sub categorías de análisis para organizar la información y el procesamiento de los datos.

Las categorías finales se presentan en el siguiente esquema:

 

 mujeres sexys en publicidad

Esquema 1: Categorías de Análisis6

 

Resultados

En los relatos de las familias entrevistadas aparece con intensidad el hecho de que estas no se sienten o evalúan diferentes a familias heterosexuales y recalcan que es esa ausencia de diferencias en lo constitutivo a la idea de familia lo que genera molestias en estas cuando otros actores sociales intentan hacer distinciones entre tipos de familias.

Lo antes descrito permitiría comprender que la molestia referida se relaciona con la necesidad de otros de clasificarlas como diferentes, implicando con ello un atributo que no posee un adjetivo que incorpora en el discurso o imaginario social y colectivo y que, por el contrario, las excluye desde la definición inicial de lo familiar.

A continuación se presentan los discursos de las significaciones de ser y hacer familia del mismo sexo en base a las categorías de análisis presentadas en el esquema 1.

 

Significaciones de ser familia del mismo sexo

Como ya se mencionó, el total de las personas entrevistadas no difieren de los significados de familia tradicionales respecto de ser un grupo de personas que se relacionan desde el amor, el cuidado, la protección, la crianza y formación; características que son universales respecto a la idea de familia. No obstante lo anterior, las familias entrevistadas sí hacen referencia al vínculo como algo que, al parecer, se debe destacar dentro de estas configuraciones. El vínculo aparece como algo que justificaría y reforzaría al mismo tiempo la falta de consanguinidad de parte de uno de los integrantes de la pareja en el proceso de cuidado y crianza de los hijos(as); siendo un concepto importante en todos los relatos que dan cuenta de los significados de ser familia.

El vínculo entonces, sería el lazo emotivo e interaccional que surge desde la cotidianidad y del día a día en relación al cuidado y crianza de hijos que no siendo propios se tornan fundamentales en estos padres y madres simbólicos desde lo social, pero ajenos desde el simbolismo de lo sanguíneo. La consanguinidad y el vínculo adquirido desde un otro(a) que se instala en procesos de crianza como figura materna o paterna sería un nexo que permitiría desde los discursos reforzar la idea de que aun con esta ausencia que sí existe en familias heterosexuales siguen siendo familia.

Los procesos de adopción a nivel país y las políticas establecidas para este acceso aún invisibilizan a familias del mismo sexo o a mujeres y hombres que siendo solteros y se identifiquen una orientación sexual homosexual los excluye de la posibilidad de vivir su maternidad o paternidad; es quizás este escenario el que permite comprender la importancia del proceso vincular en los aspectos de formación y crianza en las parejas entrevistadas.

“…la familia es amor, vivir juntos, cuidarse, pelearse, lavar la loza, pegarse la lata de hacer cosas que no quieres a ves y sentir un profundo amor por ese grupo de personas que llena tu vida y que desde donde no entenderías tu vida sin ellos (…) Con lo que te digo ¿ves alguna diferencia con las familias heterosexuales o de madre soltera o de hijos criados por abuelas? El problema es porque somos lesbianas que nos miran desde un lugar que no debe ser” (Florencia, pareja de Andrea, madres de un hijo de 13 años).

“Somos lo que construimos y en este caso no se diferencia en nada de las otras familias, pero si aquí tenemos el vínculo que en otros lugares se da por sangre, aquí se construye y eso nos hace más estables quizás, porque no se da nada por sentado, no por ser hijo de mi carne significa que estaré siempre, aquí no, yo soy padre porque mi pareja tiene hijos ¿eso me hace menos padre también?’” (Pedro, pareja de Marco, padre de dos hijos de 18 años).

”Siento que los demás nos ven como seminormales, como si porque hoy se acepta la homosexualidad estuviese todo bien, pero no es así, yo voy al minimarket y me doy cuenta que hablan de nosotras y a veces siento que debemos demostrar más que somos iguales y normales, más aún cuando tenemos una niñita de 11 años” (Camila, pareja de Amelia, madres de una hija de 11 años).

 

 

Modos de ser familia

En lo que concierne a los modelos de familia, las cinco parejas entrevistadas señalan que solo se conoce un modelo y que desde ahí no existe mucha plasticidad que dé cuenta de nuevas formas o modos de ser familia. Las alusiones se refieren, entonces, a que en el modo en que se construye socialmente la idea de familia es un estándar de tipo universal que es igual para todos y que no resiste mayor análisis respecto de las formas pero sí hay diferencias en cuanto a las taxonomías que se hacen sobre estas. Este último punto es lo que se problematiza por parte de las parejas entrevistadas ya que son estas clasificaciones las que promueven diferencias y, por ende, estigmatizaciones cuando se rompe el canon de la familia tradicional heterosexual.

Desde los relatos se inicia entonces un proceso de preocupación cuando en estas relaciones se aborda el tema de los hijos, el qué dirán o como abordarán con estos preguntas respecto de vivir con padres y madres del mismo sexo, lo que implica una trayectoria discursiva y relacional que no siempre está exenta de dualidades en los discursos de estas familias. La clasificación, entonces, vuelve a ser un factor que excluye y que obliga a dar explicaciones a estas familias, las que se resisten desde sus vivencias personales, pero que deben afrontar como un hecho que se normaliza sobre todo ante procesos de escolarización de sus hijos (as) y los procesos de convivencia que surgen de esta etapa del desarrollo.

“...la familia era la clásica muy normada y con temas de roles bien claros, a lo más lo diferente era la madre o abuela que criaba a otro (nieto o hijo) y eso se consideraba familia diferente, pero familia al fin (…) hoy en día los preceptos han cambiado (...) pero con esos cambios nosotros seguimos dando explicaciones porque somos homosexuales con hijos” (José, pareja de Sebastián con una hija de 10 años).

La falta de cánones respecto a la idea de diversidad familiar sigue siendo entonces un aspecto que influye en los modos a través de los cuáles estas familias narran sus significaciones, pues al seguir existiendo ideas preconcebidas y hegemónicas sobre lo que debe constituir una familia se les instala a ellos en un espacio de análisis y sospecha que no otorga seguridad social respecto a sus formas de ser y hacer familia.

 

 

Experiencias de ser y hacer familia

Los caminos que estas parejas han debido transitar antes de definirse como familias del mismo sexo implicaron en todos los relatos la necesidad inicial de develar su orientación sexual, experiencia que todos los entrevistados evaluaron como necesaria primero para sentir que no mentían a sus más cercanos y, luego, para situarse desde un espacio de independencia y libertad respecto de quienes eran cada uno de ellos. Si bien se aprecia una normalización inicial del tener que salir del closet como un acto de develación para poder ser ellos(as) mismos(as); con el paso del tiempo, y en concreto al conformar familias con hijos(as), tienden a cuestionar esta idea de tener que contar a otros sobre su orientación sexual.

Este primer camino que, sin duda, es personal y que cada entrevistado(a) vivió de muchas formas y con experiencias de exclusión en algunos casos y de aceptación en otros, define en cierto modo las significaciones que en la actualidad asignan al ser familia.

Los procesos personales de asumir y reconocer ante otros una orientación sexual homosexual en la actualidad son recordados con cierta molestia por parte de muchos de los entrevistados, se cuestiona a la sociedad por obligarles a tener que contar un secreto que, en muchos casos, les vulneró y situó como objetos de burla o de comentarios por parte de otros. Estas experiencias se reflejan en los modos ante los cuales estas parejas se prepararon para contar a sus hijos e hijas que su madre o padre estaba enamorado(a) de una persona del mismo sexo.

“Ya no daba más con la mentira, mi hijo adora a su tía y cuando le conté que ella también era mi polola y que la amaba mucho me bajó la presión y me sentí muy mareada (…) mi niña me abrazó y le dio un beso a Pamela, luego nos invitó a ver una película en la pieza como siempre” (Amanda, pareja de Pamela, hijo de 12 años).

“Un día vinieron los compañeros de curso de nuestro hijo, comprenderás que ambos aunque no nos dijimos nada estábamos muy ansiosos, no sabíamos si él les había contado algo a sus compañeros, veía las fotos de los tres en el pasillo, dos piezas, una matrimonial y la de nuestro hijos (…) sólo pensaba en que haría si alguno de sus compañeros le preguntaba a mi hijo si sus viejos eran maricones” (Marco, pareja de Pedro, padres de un hijo de 18 años).

Las cotidianidades de tipo social que son propias en cualquier dinámica relacional se intensifican y vivencian con una carga emotiva que suele estar asociada al temor y al rechazo; la experiencia de develar o tener que contar nuevamente algo relativo a la orientación sexual se instala al parecer como un obstáculo que nuevamente debe ser salvado y que rememora experiencias pasadas que se intentan evitar ahora que un tercero (hijos) están en sus vidas.

El ir siendo y haciendo familia se va transformando al parecer en una constante reivindicación de sí mismos(as) no sólo respecto de su orientación sexual, sino que en las formas en que van constituyendo significaciones y, de ser necesario, defensas y explicaciones cuando se trata de sus familias. La evaluación de tener que defender a sus hijos producto de su relación homosexual ante otros es una idea constante que aparece en los relatos de las personas entrevistadas, generando en ellos una carga emotiva relacionada a la culpa sobre todo cuando sus hijos(as) están en medio de estas cavilaciones.

“Mi hija sabe que tiene dos mamás, en el colegio saben que somos una pareja lésbica y aunque ahora está todo bien, igual la profesora jefe debió organizar una reunión de apoderados para abordar el tema” (Camila, pareja de Amelia; madres de una hija de 11 años).

“Hoy me siento igual que cualquier persona o familia, más plata, menos plata, más lindos o más feos, eso da lo mismo, aquí somos felices los tres y nos cuidamos y queremos y peleamos y todo lo que pasa en las familias, pero siempre tengo algo de cuidado, está en mí, no es desconfianza es estar atento de que nos miren extraño, pero más que a nosotros a mi hijo y que el sufra por ello” (Andrea, pareja de Florencia, madres de un hijo de 13 años).

 

Las trayectorias de irse constituyendo en familia del mismo sexo implicaría entonces todo un proceso de asimilarse a mandatos implícitos de una construcción social de tipo heteronormativa desde donde las experiencias personales se instalan al momento de constituir familia y compartir aspectos de crianza que no difieren en la forma y en las habitualidades de otros tipos de familias; sin embargo, estas sumarían en sus configuraciones de ser y hacer familia modos implícitos en donde en las parejas se promueven imaginarios compartidos (que no son necesariamente explícitos) asociados a la cautela, la idea de defensa en caso de ser necesario y de incrementar la importancia del vínculo en las relaciones con hijos(as) no sanguíneos.

Si bien el construir familia del mismo sexo conlleva etapas de inclusión dadas por los mandatos sociales ante la diversidad sexual, estas no difieren respecto de otras de tipo más tradicionales en lo relativo a procesos de formación valórica, ciudadana, ética, afectiva y de respeto entre quienes conforman la pareja y entre estos como un sistema familiar con hijos(as). Las experiencias de ajuste social, identitarias y personales que cada persona debió transitar, se suman en estas significaciones de familia como un atributo diferenciador y valorado por ellos en sus propias vidas y en el modo en que otorgan formación en los procesos de crianza para con sus hijos.

“Esto que digo lo dicen todos los papás, pero es verdad, quiero lo mejor para mis hijos, pero sobre todo quiero que respete y no juzgue, quiero que sea un hombre sensible el día de mañana ante todo lo que la sociedad clasifique como diferente” (Pedro, pareja de Marco, padres de un hijo de 18 años).

“Trabajo, persistencia y coherencia, eso es lo que aprendí debiendo ser lesbiana antes de ser adulta formada y amada como lo soy hoy; quiero que nuestro hijo posea esos valores, pero por sobre todo conciencia del otro (…) porque aunque suena fácil es tan difícil ver a los demás” (Pamela, pareja de Amanda, madres de un hijo de 12 años).

 

Las vivencias de exclusión-inclusión referidas por los entrevistados son, en la actualidad, referentes para sus configuraciones familiares, son banderas que dan cuenta de formas de concebir a los demás desde la no discriminación, inculcando esto en la experiencia de criar y promover con ello sistemas de valores que se basen en la igualdad y la fraternidad. Es en este aspecto desde donde las familias se asemejan a otras, es decir, las experiencias personales tributan a lo que se configura como pareja, pero que también se extienden cuando hay hijos, como es el caso de esta investigación; la diferencia radica en que en este tipo de familias cada uno de sus integrantes adultos debió pasara por etapas de discriminación por su orientación sexual, lo que en la adultez se sublima y se agrega como un sistema valórico al interior de estas significaciones de lo familiar.

 

Familias del mismo sexo y aspectos legales

El acuerdo de unión civil (AUC), implementado el año 2015, fue sin duda un referente para las uniones civiles en parejas del mismo sexo ya que permite la unión y el resguardo de bienes materiales entre los cónyuges. Este avance jurídico, pero también social, si bien es valorado por las familias entrevistadas posee también un cuestionamiento respecto a que en temas de diversidad el Estado reacciona paliativamente y no desde una lógica igualitaria y anticipatoria a las dinámicas sociales.

Si bien este acuerdo favorece simbolismos y rituales de unión que siempre les fueron negadas desde los dogmas religiosos imperantes y monopolizadores de la unión entre personas, también es evaluado como un medio para proteger el patrimonio construido por estas familias. Nuevamente se instala la problematización de deber protegerse o cuidarse respecto de imperativos sociales ante la diversidad sexual y, sobre todo, en lo concerniente a familias del mismo sexo.

Algunas de las familias entrevistadas refieren haber hecho uso de este acuerdo para fines de resguardo patrimonial y otros suman a lo antes descrito la posibilidad de realizar un acto ritual ante otros en donde manifiestan su deseo de ser pareja y constituir familia.

Las demandas actuales en las personas entrevistadas dan cuenta de las falencias en procesos de adopción, de los ajustes que se deben realizar en los establecimientos educacionales cuando uno de sus integrantes proviene de familias del mismo sexo, cuando el sistema de salud no permite que unos de los hijos(as) del matrimonio sea carga de salud cuando no es hijo(a) sanguíneo, entre otras dificultades e invisibilizaciones que otras familias no poseen al respecto.

“...yo creo que la unión civil ayudó bastante que en el fondo te quedan respaldos económicos un poco para la otra persona en caso si te pase algo; pero también es como la sociedad te dio un pequeño respiro visible ante ciertas cosas, visibles frente a un AFP, frente a una ISAPRE, (...) la libreta que nos dan donde están la hoja de familia sé que ahí yo no voy a estar en caso de que ella tenga hijos, yo no existo en esa libreta…” (Camila, pareja de Amelia, madres de una hija de 11 años).

“Me parece que podamos unirnos civilmente y que el resto sepa que lo podemos y queremos hacer, en nuestro caso fue un acto de igualdad, tardío pero de igualdad (…) no obstante lo anterior ¿Qué pasa con nuestros hijos? Yo sigo siendo nadie en términos legales ya que no soy la madre biológica de nuestro hijo; si lo ves ahí viene ahora otra discusión…es un cuento de nunca acabar y me fastidia” (Amanda, pareja de Pamela, madres de un hijo de 12 años).

 

Apoyo estatal tardío, respaldo social que se venía gestando desde hace un tiempo a través de movilizaciones sociales, son las reflexiones que se extraen de los discursos de los entrevistados, seguridad patrimonial, ciertos accesos que se instalan en un discurso de un gobierno de bienestar, pero que tras bambalinas para estas familias siguen dando cuenta de decisiones políticas y que no se ajustan a la idea de igualdad, pues mientras estas familias sigan vivenciando cargas emotivas en sus transitares personales y luego relacionales para ser y hacer familias del mismo sexo, la exclusión sigue presente aún con atisbos de igualdad.

 

Discusión y Conclusiones

Los resultados dan cuenta de dobles discursos al momento de establecer significados en familias del mismo sexo, dualidades discursivas que se relacionan con el modo en el cual la sociedad aborda el tema de la diversidad sexual y en la falta de claridad desde el abordaje político en materias de visibilización y legitimización en lo que podría entenderse como diversidad familiar.

La carga emotiva asociada a la cautela, la eventualidad de tener que defender a sus hijos por ser parte de una familia del mismo sexo ante las observaciones de otros y la constante rememoración de exclusión y discriminación por la orientación sexual de los padres y madres de esta investigación, son elementos que configuran los significados de ser familia del mismo sexo entre las personas entrevistadas, aun cuando desde sus primeras reflexiones estas señalen que no hay ninguna diferencia entre su tipo de familia y otras de corte más tradicional. A medida que se avanza en comprender sus procesos de hacer familia se observa que, lamentablemente, la carga social sí es un componente diferenciador para estas.

Lo antes descrito se relaciona con lo planteado con Cadoret (2003), en donde señala que los significados referidos al constructo de familia por estas parejas ya son distintos a los cánones tradicionales, incitando con ello a nuevas formas de concebir la idea de familia.

En sus investigaciones con lesbianas chilenas, Herrera (2007) señala que, al no haber referentes positivos, la discriminación y estigmatización se instalan como referentes que influyen en la forma como estas se ven a sí mismas. Las conclusiones de esta investigación son extrapolables a los resultados de este estudio y se relacionan con el proceso por el cual cada una de estas personas debió transitar antes de ser pareja y luego familia; es decir, asumir desde un mandato de exclusión y estigmatización social la necesidad, por una parte, de develar y confesar su orientación sexual para, luego, compartir con un otro quien debió vivir la misma experiencia.

Aun cuando estas parejas son capaces de situarse de forma adecuada en el mundo y desde una óptica de cierta normalidad relacional entre estas y con otros, lamentablemente el tono afectivo que les acompañó durante sus primeras etapas de develación vuelve a aparecer, en esta ocasión por la presencia de hijos(as) que son parte de su ser y hacer familia, siendo estos inocentes catalizadores de experiencias previas que con diferencias debido al ciclo vital de estas parejas, se instalan como una variable que nuevamente se debe abordar en este proceso de ser familia del mismo sexo.

Las familias entrevistadas dan importancia a la normalidad de sus cotidianidades, disfrutando de estas y de las rutinas que surgen del vivir en familia. Sin embargo, al profundizar en los sentidos de ser familia aparecen registros asociados a la exaltación del vínculo que se establece, casi como un atributo diferenciador, entre las partes de la pareja que no son padres o madres biológicos, dando cuenta que esa falta de consanguinidad se suple y no es relevante en sus procesos de ser familia. Si bien las imágenes de maternidad y paternidad en estas familias están claras por parte de los hijos e hijas de estas, el simbolismo social tradicional del legado a través de los hijos aparece en estos relatos como una dificultad que se añade al ser familia del mismo sexo.

Estas percepciones referidas a la idea de que el vínculo suple la falta de familiaridad desde lo sanguíneo se relaciona con lo planteado por Robaldo (2001) en sus reflexiones relativas al hecho de que “en el contexto de familias homosexuales de hombres en Chile, se hace necesario saber cuánto es lo que realmente pesa la sangre al momento de hacer familia”. Al parecer, la idea de no poder tomar decisiones por esta falta de relación biológica, sería un espacio de vulnerabilidad que podrían evaluar aquellas parejas que no comparten este lazo hereditario, sumando un nuevo obstáculo que afrontar por ser familias del mismo sexo.

El constructo de familia en estas parejas aparece, entonces, marcada por una serie de diferencias que no son apreciadas desde una mirada inicial y que en las formas habituales sí coinciden con otras; sin embargo, los temores que suelen ser la anticipación ante un cuestionamiento de parte de otros o que deban experimentar sus hijos(as) se torna una constante en los modos de ser familia de estas personas.

La cautela se instala, entonces, como un modo de operar por parte de los adultos en sus procesos de crianza, ansiedades ante las etapas escolares de sus hijos y de sus dinámicas relacionales, las posibles respuestas de estos ante preguntas de sus compañeros o los padres de ellos, la necesidad de transparentar que en el colegio hay familias del mismo sexo, son elementos que constituyen los modos en que estas familias se organizan y experiencian sus relaciones aún con todo el peso de la heteronorma disfrazada de inclusión.

Sánchez Díaz, Podestá González y Garrido (2018) en su investigación sobre trayectorias vitales y desafíos en familias homoparentales en mujeres chilenas concluyen que las tensiones entre visibilidad-invisibilidad, derechos-necesidades y riesgos son elementos centrales a discutir en lo social, colectivo y entre las familias del mismo sexo. Las dualidades referidas por las autoras se evidencia en los dobles discursos de las familias entrevistadas, una pugna constante entre anhelar el ser familias con todos los obstáculos implícitos versus el tono afectivo de cuidado y alerta que en estas se instala como un elemento a considerar constantemente para sentirse seguras y evitar el daños a terceros (hijos).

Los relatos entregados por estas familias que viven y conviven con sus hijos(as) y que transitan por la sociedad entre una estela de aceptación aparente dan cuenta de que lo subliminal de la heteronorma se hace explícito cuando estas familias de una u otra forma deben dar cuenta del modo relacional en el que están conformadas.

Sánchez Días et al. (2018) señalan que el Estado tiene una gran deuda con estas familias desde una perspectiva de derechos; este análisis se torna evidente desde el registro de los discursos sobre lo que constituir familia del mismo sexo significa. Si bien el acuerdo de unión civil otorga ciertas garantías, sobre todo de tipo patrimonial, es fundamental se aborde desde la perspectiva de derechos un trabajo real respecto a temas de exclusión y discriminación ya que estas familias en su proceso de serlo han debido cruzar caminos de discriminación que podrían volver a experimentar.

La heteronorma y la masculinidad hegemónica se siguen manteniendo de forma camaleónica desde sus pseudo inclusiones en lo que a diversidad sexual se refiere, este tipo de familias atenta contra sus modelos, desdibuja sus privilegios pero, por sobre todo, demuestra que aun cuando el ideal de la heterosexualidad sigue presente, estos hombres y mujeres siguen ampliando las fronteras del constructo de familia, criando e inculcando sistemas de valores donde el eje es el respeto y la no discriminación. Los significados de ser y hacer familia poseen innegablemente similitudes con otras de corte más tradicional; sin embargo, la carga emotiva y simbólica es una consecuencia que en estos procesos de configuración familiar son secuelas de años de estigmatización, el fruto de imposiciones sociales, el resultado de un apoyo del Estado tardío y ambivalente en sus propuestas.

Las significaciones de ser y hacer familia del mismo sexo es también la experiencia de amar, de avanzar, de ser y sentirse parte de algo construido y nutrido, de sublimar, pero por sobre todo de resistencia.

 

Referencias bibliográficas

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1 Ph.D. Académico Carrera Psicología. Universidad Central de Chile. Email: gonzalo.soto@ucentral.cl

2 Ph.D. Co-Investigadora Fondecyt.

3 Licenciada en Psicología. Universidad Central de Chile

4 Licenciada en Psicología. Universidad Central de Chile

5 Licenciada en Psicología. Universidad Central de Chile

6 Fuente: Elaboración propia