Editorial
Las diversas movilizaciones sociales, posteriores a los primeros días de Octubre de 2019, no solo han cuestionado las dinámicas y estructuras políticas; abren también un debate, al interior de la academia, para repensar su rol en la sociedad. Al reposicionar temas del bienestar social acorralado por temas de financiamiento o ideológicos, una revista como esta puede servir de guía toda vez que muestra intentos de la Psicología y áreas afines para construir marcos para aportar no solo a una mejor calidad de vida, sino a una transformación social situando a las personas en un rol protagónico.
En este número de la Revista Liminales: Escritos de Psicología y Sociedad, se incluyen cuatro interesantes artículos que abordan cuestiones ecológico sociales y sanitarias.
El primer artículo, Propuesta teórico conceptual para el abordaje de la participación comunitaria desde la Psicología Comunitaria de Mario Catalán, pone en discusión dos de los conceptos más complejos y de mayor debate de la Psicología Comunitaria: la noción de participación y la de comunidad. Especialmente, en una sociedad que ha complejizado sus relaciones sociales mediante el avance de las redes virtuales y la diversificación de formas de comunicación y sentidos de pertenencia, propone el concepto de “protagonismo comunitario” como una oportunidad de acción “situada”, la cual está contextualizada en el espacio y tiempo desde donde se trabaja. En este sentido, utiliza la metáfora del teatro para comprender la vida comunitaria, relevando el carácter productivo de los sujetos comunitarios para la transformación social.
El segundo artículo tiene por título, Antropoceno, Psicología, salud y vulnerabilidad y fue desarrollado por Marcelo Jara Ruiz. En él se relaciona el rol de la psicología, en especial la ambiental, con la crisis asociada al cambio climático y sus efectos en la calidad de vida de las personas. El autor, muestra cómo las personas en situación de marginalidad están más proclives a ser afectadas por el cambio climático. Uno de los puntos más interesantes, consiste en la relación de la psicología ambiental con otras disciplinas, para un abordaje interdisciplinar de gestión local del hábitat. Por último, propone posibles caminos, que no solo implican cambios estructurales y de políticas públicas, sino que también apuntan a lo cotidiano de las relaciones humanas y a las diferentes subjetividades que se tensionan entre nosotros y en la relación con la naturaleza, proponiendo un cuestionamiento ontológico de la relación Ser Humano - Naturaleza.
El tercer artículo, Familia y comunidad grupo multifamiliar de autoayuda: hacia nuevos desafíos y comprensiones en salud mental, pertenece a Marcia Salinas, Camilo Sepúlveda y Luis Varela. Aporta los hallazgos de una investigación en torno al trabajo con grupos multifamiliares de autoayuda orientados a la salud mental. Como línea común a los demás artículos enfatiza el rol protagónico de las familias y sus integrantes en la solución de sus problemas, promoviendo el agenciamiento de los mismos, y sobre todo cómo el encuentro con otros y otras es, en sí mismo, terapéutico para los integrantes del grupo. Es decir, continúa con el énfasis en los sujetos como productores de saberes y responsables de su salud mental. Mediante diferentes metodologías, los (as) autores (as), dan cuenta de cómo opera este programa, aportando reflexiones y propuestas que potencian el trabajo con ellos y ellas. Por último, destacan la mirada “situada” de las familias en un contexto comunitario lo cual da mayor impacto y sustentabilidad a las intervenciones.
Por último, el cuarto artículo, titulado Modelo de Recuperación en Salud Mental: ¿Es posible en Chile? de Raisa Parra, aporta una visión innovadora que cuestiona las concepciones más clásicas de abordaje de la salud mental y, las relaciones de poder que se han construido a partir de ellas. La autora, da cuenta de algunos elementos del estado de la salud mental en Chile, para luego profundizar en el Modelo de Recuperación y cómo diversas experiencias y sistematizaciones sitúan al sujeto como una persona activa de su tratamiento.
De esta forma, este número de la revista cuenta con tópicos comunes, sobre todo, el que destaca la relevancia de las personas y colectivos con quienes se trabaja para el desarrollo de acciones organizadas y mancomunadas con y para el desarrollo de la comunidad, la promoción de la salud mental y la transformación social. Este número nos plantea el reto, a las ciencias de la salud y sociales, de cómo potenciamos a las comunidades como agentes de cambio y evaluación de políticas públicas.
Fabián Nichel Valenzuela
Magister en Análisis Sistémico Aplicado a la Sociedad
Escuela de Psicología y Terapia Ocupacional Facultad de Ciencias de la Salud
Universidad Central de Chile